La transición de la industria de la aviación al combustible de aviación sostenible (SAF) enfrenta serios desafíos, aseguró Transport & Environment, una organización no gubernamental con sede en Bruselas.

De acuerdo con uno de sus análisis recientes, solo 10 de las 77 aerolíneas evaluadas están implementando esfuerzos notables para adoptar este tipo de energía alternativa.

Añadió que esta situación no recae exclusivamente sobre las aerolíneas, las compañías petroleras son lentas en el desarrollo de queroseno electrónico, lo que limita la disponibilidad de alternativas realmente sostenibles.

Además, organismos gubernamentales y entidades como la Unión Europea introducen regulaciones para reducir los combustibles fósiles, pero carecen de un apoyo suficiente para fomentar la producción de SAF.

De acuerdo con Transport & Environment entre las aerolíneas con mejores resultados en esta transición se encuentran Air France-KLM, United Airlines y Norwegian.

Estas compañías utilizan principalmente biocombustibles derivados de cultivos alimentarios o desechos reciclados.

 

 

No obstante, Transport & Environment advierte que muchos de estos combustibles no son realmente sostenibles, y critica que el uso de cultivos comestibles para aviación está contribuyendo al aumento de los precios de los alimentos y a mayores costos para los agricultores.

La organización también insta a las aerolíneas a adoptar el queroseno electrónico producido con electricidad renovable, una tecnología que enfrenta obstáculos debido a su baja disponibilidad.

Como ejemplo, se menciona la reciente cancelación de un proyecto de Shell en Suecia, lo que refleja la incertidumbre en el desarrollo del SAF.

En este contexto, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) proyecta que, aunque la producción de SAF se triplique en 2024, apenas cubrirá el 1% de la demanda mundial de combustible para aviación.

 

 

En 2023, el uso de SAF representó solo el 0.15% del combustible total consumido por la industria, equivalente a 2.6 millones de barriles frente a 1,600 millones de barriles de queroseno tradicional.

La adopción masiva de SAF requiere una colaboración más estrecha entre aerolíneas, gobiernos y la industria energética, además de inversiones significativas para superar las barreras actuales y acelerar la transición hacia un transporte aéreo más sostenible.

Fuente: Aviacion News

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