Un informe refleja que los precios internos de insumos básicos se ajustan al tipo de cambio paralelo desde la implementación del nuevo sistema de control del comercio
Los datos de intercambio comercial muestran que el volumen de importaciones de la Argentina continúa en retroceso y el nivel de alerta de distintos sectores crece, desde que se endurecieron las condiciones para ingresar insumos del exterior y comenzó a operar el sistema de gestión (SIRA).
Sorpresa: pese al freno en las importaciones, en enero salieron más dólares de los que ingresaron
Con signos de recuperación, desde 2016 a la actualidad la industria exportó casi u$s 130 millones, pero las importaciones de buques superaron los u$s 730 millones, describe un informe elaborado por la FINA.
Domingo Contessi, titular de la Federación de la Industria Naval, explicó que las demoras en la salida de los permisos y en el giro de divisas está “ralentizando la construcción de buques y el proceso de renovación de la flota pesquera, que este Gobierno había impulsado fuertemente”.
RECUPERACIÓN EN RIESGO
Uno de los mejores resultados de este período de recuperación, coinciden en el sector, es haber logrado reducir la antigüedad de la flota de 39 a 35 años en promedio, principalmente a partir de que entre 2020 y 2021 varios astilleros cerraron importantes contratos para construir buques, para la actividad de pesca.
En simultáneo, se reactivó la gran cadena naval-partista; comenzaron a sustituirse importaciones de insumos; creció 30 % la contratación de personal y se dinamizaron las inversiones tanto en infraestructura como en adquisición de máquinas y construcción de nuevas naves industriales en astilleros y talleres navales.
El informe de FINA es categórico en relación al impacto de este sector en la sustitución de importaciones y destaca que un buque pesquero nacional ya alcanza 68% de contenido local, lo que significa un ahorro de divisas de u$s 2 millones si se compara con un pesquero importado con un valor estimado en u$s 3 millones.
En el caso de las barcazas el contenido local supera el 90%, a lo que se debe sumar el efecto en la red de proveedores de los astilleros distribuidos en 6 provincias del país sin contar los dos nacionales, Tandanor y Santiago.
El sector comenzó a perder productividad, particularmente, a partir del último trimestre de 2022, con las trabas al ingreso de insumos importados básicos, como chapa naval, perfiles y laminados de acero inoxidable, productos de aluminio (aleaciones navales), paneles ignífugos de uso naval, motores a combustión, cajas reductoras, hélices de paso variable y proa, instrumentos de navegación y telecomunicación, comenzaron.
“Si el revendedor no sabe a qué dólar podrá reponer el producto importado lo termina valuando al blue o al MEP”, explicó Contessi y se refirió al caso de insumos básicos, como el acero o el aluminio naval, que “se consiguen en el país hasta cuatro veces más caros que lo que salen en el mundo”.
IMPULSO OFICIAL
En este escenario, este jueves, el secretario de Industria y Desarrollo Productivo, José Ignacio de Mendiguren, encabezó un encuentro en el astillero SPI, en Mar del Plata, donde anunció financiamiento público para impulsar al sector naval y lanzó la nueva convocatoria del Programa Nacional de Desarrollo de Proveedores (PRODEPRO) a las empresas de la industria naval.
“Tener industria naval hace a la soberanía nacional. Es una decisión política y nosotros la estamos ratificando con estos anuncios”, destacó Mendiguren y, aunque no hizo mención a la problemática de importación que el sector viene haciendo pública, dijo que “de los problemas macroeconómicos vamos a salir creciendo, y sabemos que estamos en el umbral de una etapa para Argentina realmente brillante en la que tenemos la posibilidad de dar el salto definitivo al desarrollo”.
Desde el sector privado reconocen que el programa que cubre hasta el 75% del valor de la embarcación, con una tasa bonificada del 52% durante los primeros 36 meses y un plazo de devolución de 10 años, es una herramienta necesaria para competir en el exterior, sin embargo, aseguran que en las condiciones actuales “el crédito no es la solución”.
“Es urgente destrabar las importaciones porque la industria se dolarizó al valor del paralelo y ya no queda margen para sacrificar”, dijo a El Cronista un empresario que no produce naves para la pesca.
En el marco de esta línea de financiamiento, ya se otorgaron 28 certificados de elegibilidad y se botó el primer barco construido con la línea, en octubre de 2022, en el Astillero Federico Contessi y SACIFIA. Además, otro buque pesquero está en construcción en SPI.