Cristiano Rattazzi había proyectado un salto de más del 100% con la llegada de Milei a la presidencia. Para los especialistas, todo dependerá del esquema monetario, fiscal y cambiario, pero avalan un sinceramiento del tipo de cambio en el corto plazo
A la salida de la 29° Conferencia de la Unión Industrial Argentina (UIA), Cristiano Rattazzi, histórica autoridad de la empresa FIAT en Argentina, le puso número al tipo de cambio oficial tras la llegada de Javier Milei: “El dólar a $365 es una imbecilidad, tiene que valer unos $800”. En diálogo con Ámbito, economistaspronostican una devaluación de ese calibre o quizás menos. La importancia de la competitividad y reordenar el esquema de referencia de precios.
Tras su declaración, el empresario ítalo-argentino matizó y dijo que el dólar también podría valer $700. De lo que sí está seguro es que la divisa cuya cotización depende exclusivamente del BCRA “no sirve para nada”. De todos modos, consideró que el “sinceramiento” de precios ya se hizo: “El 90% ya se sinceró”.
Para Andrés Reschini, titular de F2 Soluciones Financieras, desde la óptica del tipo de cambio real multilateral “es probable que un dólar a 800 a fin de año lleve el TCR a cerca de 160, que es un nivel históricamente alto” por lo cual “fomentaría el ingreso de divisas por exportaciones y estaría en el mismo nivel en el que se mantuvo durante buena parte de los 2000”. Al mismo tiempo, el dólar oficial a $700 “quedaría en 140, que no es bajo pero desde 2002 hasta el 2009 se mantuvo más alto”. Para el experto en finanzas, el tipo de cambio real actual se trata del “más apreciado desde fines de 2017” y con un nivel de reservas netas negativas por en u$s10.500, la situación de BCRA “es extremadamente frágil”.
Si la corrección del tipo de cambio es vista como inevitable, la pregunta será entonces cuándo. “Mas pronto que tarde”, responde Santiago Manoukian, jefe de research en Ecolatina. En cambio, considera que el precio del dólar podría estar “un poco por debajo de esos niveles” señalados por Rattazzi, aunque dependerá “del programa de estabilización que se aplique, si es creíble, y es consistente” y fundamentalmente de “no volver con la idea de dolarizar”. Sobre este último punto La Libertad Avanza manda señales confusas, ya que Luis Caputo como ministro de Economía y la salida de Emilio Ocampo del BCRA insinúan que la dolarización está descartada, aunque no es claro si se trata de una decisión temporal o permanente. La consultora Anker, del propio Caputo, rechaza dolarizar a cualquier costo, pero tampoco descarta de plano ese régimen cambiario como método para bajar la inflación.De momento, para Manoukian, será importante la corrección del tipo de cambio para evitar “regenerar un escenario de exceso de demanda de divisas, considerando que nadie va a querer vender al dólar actual”, ya que eso “sería inconsistente con la necesidad de acumular reservas internacionales”, que se presenta con urgencia en 2024. Así, el movimiento de la divisa norteamericana sería un hecho incluso antes del desarme del cepo.Por último, para Gabriel Caamaño, economista de la consultora Ledesma, el tipo de cambio oficial adquiere un valor testimonial ya que las exportaciones se mueven a un dólar a $600 y el dólar para importaciones suma costos financieros. “El oficial no es la referencia. Si uno quiere simplificar, va a tener que ir a un sinceramiento del tipo de cambio oficial. El propio gobierno lo ha reconocido al hacer el desdoblamiento o al trabar las importaciones”, opina en diálogo con Ambito. Aunque entiende que el dólar debería estar por encima de los $600, su valor dependerá de otros factores como el esquema fiscal, el monetario y el esquema cambiario. “En ese orden”, resalta Caamaño. De todos modos, considera que la unificación automática “está prácticamente descartada”, pero que sí tendría que implementarse rápidamente una reducción de los controles cambiarios.Al mismo tiempo, es insoslayable mensurar el impacto en precios -que vuelan a dos dígitos nuevamente- tras una devaluación. Sin embargo, para el economista, si tanto el exportador como el importador referencian sus precios en cotizaciones distintas, el oficial “ya no es referencia”, y el traslado a inflación de una corrección “no sería el mismo que si todos los precios estuvieran formados por la divisa oficial”.
A su vez, según Caamaño, una simplificación cambiaria vendría de la mano de la eliminación de impuestos que hoy recaen sobre el dólar. “Si eliminas la parte impositiva, eso compensará parte del impacto de la devaluación”, asegura. Finalmente, coincide con Rattazi: “Está claro que hay una parte de ese sinceramiento del tipo de cambio oficial que ya está trasladado a precios”, concluye.