Una semana atrás, la AFIP adelantó que iba a comenzar a profundizar los controles para la evasión impositiva. En ese sentido la funcionaria precisó que entre los ejes del trabajo figuran las herramientas para el control en la comercialización de granos, las maniobras de sobre y subfacturación y el uso de imágenes satelitales. Pero más allá de este hecho, lo cierto es que la AFIP instrumentó un mes atrás un cambio en el CEF que permite una mayor fiscalización ya que este instrumento comenzó a reflejar la solvencia y la liquidez de las empresas cada 30 días, lo que antes se realizaba de forma automatizada.En diálogo con Ámbito, la AFIP aseguró que este instrumento permite cruzar una serie de variables (capacidad contributiva, capacidad de financiamiento, acceso al mercado financiero, impuestos en regla, entre otros) que certifica la capacidad del importador para tramitar el SIMI (un permiso de importación) que depende del Ministerio de Desarrollo Productivo. De esta manera, se evitan operaciones de carácter especulativo. El objetivo es evitar que se adelanten importaciones, una maniobra que ya había sido avizorada por el organismo el año pasado.
Al mismo tiempo, aclararon de manera oficial que esta medida “no es nueva” al mismo tiempo que garantizó que está abierta la posibilidad de realizar un descargo. Por último, el organismo tributario afirmó que trabaja mancomunadamente con el Ministerio de Desarrollo Productivo y el Banco Central (BCRA).
Algunos importadores ya comenzaron a manifestar su reclamo ante la AFIP por las demoras que les ocasionaron las operaciones en el primer mes del año. Si el CEF era rechazado, la posibilidad de pedir un “reproceso” se hace una vez por mes, lo cual genera un nuevo margen de espera y normalmente termina en rechazo. Si se hace un pedido de disconformidad, la AFIP reclama informes a profesionales, comprobantes de AFIP y otras certificaciones.
Fuente: Ambito Financiero