En el mercado financiero dicen que el récord comprador es endeble y que la autoridad monetaria tiene problemas para comprar divisas de forma genuina
El Banco Central sigue comprando dólares para las reservas. Este lunes compró US$ 155 millones y en lo que va de marzo US$ 2.778 millones (y en la era Milei unos US$ 11.270 millones).
Si bien la acumulación de reservas llevada a cabo por el BCRA desde la devaluación ha superado cualquier estimación posible, en el mercado financiero dicen que ese récord es endeble y que la autoridad monetaria tiene problemas para comprar divisas de forma genuina.
El CMF, cuyo dueño es Alberto Benegas Lynch hijo (el mentor del Presidente), dice que el esquema actual de comercio exterior “deprime las importaciones a la vez que impulsa la liquidación de exportaciones, dejando un espacio considerable para que el BCRA pueda hacerse de los dólares liquidados en el MULC”.
“La represión de la demanda, en conjunto con una actividad alicaída, permitió que el Central se haga de US$ 11.000 millones en poco más de 3 meses. Sin embargo, el costo de esta operación se puede observar en el balance cambiario presentado por la misma entidad”, advierte.
El banco CMF apunta que cuando se ajusta la acumulación de reservas por la deuda nueva de importaciones de febrero, “el saldo es nulo, y si se incluyen diciembre y enero, es negativo”. Afirma que a pesar de la colocación del Bopreal, el pasivo comercial de importadores continúa en aumento y se estima que se hayan sumado casi US$ 2.000 millones al stock inicial de la administración Milei.
“Así, surge la pregunta: ¿está el Gobierno en condiciones de liberar el comercio exterior? Parece que el equipo económico está intentando acumular la máxima cantidad de reservas antes de liberar, esperando que la menor demanda por caída de la actividad ayude”, sostiene CMF.
Para peor, el consultor Salvador Di Stéfano dice que la Argentina no tendrá una gran exportación de oleaginosas, cereales y carnes, como cree el mercado. “El campo vuelve a ser la noticia, la concurrencia de problemas climáticos y enfermedades en las plantas, nos lleva a ser pesimistas sobre el fuerte ingreso de divisas en los próximos meses”, advierte.
Explica que la principal mirada se está centrando sobre el maíz tardío, el que se siembra en los meses de diciembre y en enero, cosechándose entre julio y agosto. “Tuvimos concurrencia de lluvias en exceso; sequías en el norte argentino pocas veces vista; una chicharrita que es la que transmite el spiroplasma, una enfermedad en las plantas de maíz que pueden hacer reducir su producción en hasta 70% y por si faltara poco, ráfagas de viento de hasta 120 kilómetros por hora que tumban plantas y abortan la producción”, detalla el especialista.
Di Stéfano señala que si bien la mayoría de los economistas dan a la cosecha 2023/24 como un tema cerrado, “debemos alertar que es un tema abierto”.
“Es cierto que ingresarán más dólares por la soja, pero cuidado que el maíz nos puede dar un gran dolor de cabeza, y que las intenciones de siembra del trigo se están derrumbando. La suba en el precio del trigo y el maíz van a impactar en el índice de precios, con lo cual la inflación seguirá rebelde por un largo tiempo. Estamos en el peor escenario, pocas cantidades, precios altos para el mercado interno, y baja rentabilidad para el productor. Si lo miramos del lado del Estado, tendrá menos ingresos fiscales, y pocos dólares a las reservas”, asegura el consultor.
Fuente: El Economista