Acindar importa acero chino mientras paraliza su planta. Textiles y autopartes también en alerta por el avance asiático y la apertura comercial

La cuenta regresiva para el fin de la tregua arancelaria entre Estados Unidos y China ya empezó, y mientras las dos potencias negocian a contrarreloj, la industria argentina prende todas las alarmas. Con un consumo interno deprimido y controles cada vez más laxos, sectores estratégicos como el acero, autopartes, textiles y metalurgia denuncian un “boom de importaciones asiáticas” que los pone contra las cuerdas.

Empresarios y trabajadores coinciden en que el fenómeno se aceleró en los últimos meses y amenaza con consolidarse si el gobierno argentino no toma medidas para frenar la ola de productos que llegan desde el gigante asiático a precios con los que no pueden competir. “Si esto lo incrementan, cierran la planta”, advierten desde la UOM Villa Constitución ante la decisión de Acindar de comenzar a importar acero chino, mientras mantiene suspendidos a 500 operarios.

Acindar, del rechazo al acero chino a importarlo directamente

El caso de Acindar es paradigmático. La empresa, hoy propiedad de la multinacional ArcelorMittal, paralizó buena parte de su producción en la planta de Villa Constitución y comenzó a vender acero de origen chino. Una etiqueta reciente lo confirma: “Origen China”, con la propia Acindar como importadora.

Desde la Comisión Interna y la seccional local de la UOM no dudan en calificarlo como una “señal de alarma”. Matías Ruffini, delegado gremial, fue tajante: “Acindar vende acero chino. O huele a vaciamiento o a algo muy raro”. Y recordó que hasta el año pasado la misma empresa advertía en foros del sector que era imposible competir contra los subsidios que reciben las firmas chinas en origen, que les permiten producir a bajo costo, sin exigencias ambientales ni estándares de calidad.

“China subsidia la logística completa. No hay productividad laboral que pueda compensar el dumping chino”, agregan desde el gremio.

Textiles, metalurgia y autopartes: sectores en guardia

La industria textil es otra de las más afectadas. “Los chinos están saliendo a compensar las ventas que perdieron en EE.UU. con otros mercados. Hay una oferta muy grande hacia Argentina”, explicó el empresario Gastón Leiter. Aunque su empresa trabaja en nichos como pesca y minería, advierte que muchos colegas sienten la presión por la sobreoferta y la caída de precios.

En la metalurgia la situación también es crítica. “Desde mediados de año no se vende un tornillo”, deslizó una fuente del sector, que además reconoció que “la competencia se vuelve feroz” y ya no hay margen de maniobra.

En autopartes, Pablo Ferrari, miembro de AFAC, señaló que el impacto llega por varios frentes: aumento en el precio de insumos como la silicona, flexibilización de controles de calidad tras el apartamiento del INTI y una caída general de la competitividad. “Hoy se importa más, con menos controles”, sentenció.

Importaciones en números: lo que más creció

Según datos de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC), las importaciones de autopartes crecieron fuerte en el primer semestre de 2025. Las bombas de combustible aumentaron un 99,6% respecto al año pasado, los amortiguadores un 67,5% y las juntas un 20,7%. También subieron los paragolpes (10,9%), baterías (26,7%) y vidrios (15,6%).

Este escenario será parte del debate central en el Congreso de Reposición de Autopartes que se realizará el 19 de agosto en Parque Norte. Bajo el lema de “resiliencia”, el evento buscará respuestas a los nuevos desafíos de un sector cada vez más presionado por la apertura comercial.

China: socio estratégico o amenaza comercial

Más allá de lo coyuntural, el trasfondo es político. Mauro González, presidente de la Confederación General Pyme, advirtió que sin una estrategia articulada entre el gobierno y el empresariado, “cualquiera de los escenarios posibles será catastrófico”. Subrayó que sin políticas industriales con valor agregado y transferencia tecnológica genuina, “no se va a crear empleo ni atraer inversiones”.

Los números lo confirman: en el primer semestre de 2025, Argentina registró un déficit comercial de u$s 4.817 millones con China, el más alto con cualquier país. Las exportaciones cayeron un 14,4% interanual, mientras que las importaciones desde China crecieron 77,2%. Hoy el gigante asiático es el segundo proveedor de bienes para Argentina, detrás de Brasil.

El interrogante que sobrevuela cada planta industrial es claro: ¿hasta cuándo podrá resistir la producción nacional ante el avance de la importación china?

Por Pamela Orellana (Grupo La Provincia)

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