Los contratos a 12 meses siguen siendo la opción preferida debido a su previsibilidad y rentabilidad en comparación con las tarifas spot, aunque hay un claro cambio hacia el mercado spot de algunos propietarios de carga, reporta Xeneta, consultora que, al observar el índice XSI, nota la ausencia de contratos a largo plazo significativos en marzo. Esto se explica en parte por ser el último mes del trimestre, pero también porque los dueños de carga han optado por retrasar la firma de nuevos compromisos.

Según la consultora, actualmente el mercado spot (o de corto plazo) es considerablemente más caro que el mercado a largo plazo, pero continúa debilitándose y los propietarios de la carga están haciendo todo lo posible para evitar quedarse atrapados en las altas tarifas contratos a largo plazo (aunque estén enfrentando un repunte).

Para muchos, los contratos spot, de 3 a 6 meses, son una necesidad empresarial, no una preferencia. Pueden ofrecer un alivio temporal al permitir asegurar sus cadenas de suministro asegurándose de que su carga llegue al buque (aunque a un costo por TEU significativamente mayor que el que ofrecería un contrato de 12 meses) sin tener que comprometerse a 12 meses de costos elevados que potencialmente no podrán derivar a sus clientes.

Más allá de la extensión de los contratos

En lugar de depender únicamente de la duración de los contratos como herramienta de gestión de riesgos, Xeneta anima a los dueños de carga a considerar otras variables, como el momento de las licitaciones y las medidas de fijación de tarifas basadas en índices. “Al evaluar cuidadosamente las rutas marítimas esenciales para sus negocios y ajustar estratégicamente la duración y los términos de los contratos, pueden mitigar los riesgos y aprovechar las oportunidades en un panorama de mercado dinámico”, enfatiza la consultora.

Xeneta remarca que los mercados a largo y spot se comportan de manera muy diferente y, si bien es posible que las rutas marítimas preferidas por los dueños de carga no se vean directamente afectadas por un evento global, aún pueden experimentar un efecto dominó. Por ejemplo, en “la ruta Transpacífico, pese a no transitar por el Canal de Suez, las tarifas aumentaron después de la crisis del Mar Rojo, lo que resultó en un aumento del 180% en el mercado spot desde mediados de diciembre”, describe la consultora.

En este sentido, Xeneta subraya que utilizar la inteligencia de carga para comprender las tendencias de las diferentes rutas o modos de transporte es una buena idea comercial, puesto que aporta un contexto de mercado vital para la toma de decisiones y proporciona alternativas cuando la opción preferida está fuera de servicio (por sequías, geopolítica, colapso de un puente…) o porque resulta poco fiable (fiabilidad de itinerarios, retrasos…) o porque es demasiado costosa (recargos agresivos) o requiere la negociación de tarifas spot más.

Por otro lado, recomienda Xeneta, los operadores deben considerar ofrecer a los clientes algo a cambio de firmar un contrato a más largo plazo que vaya más allá de las tarifas competitivas. “Una tarifa más barata no sirve de mucho si la carga de sus clientes siempre llega tarde o no llega en absoluto”, apunta.

Tarifas altas no han implicado mayor confiabilidad

Si bien los dueños de carga pueden haber estado dispuestos a pagar más por tiempos de tránsito más rápidos, para la consultora los últimos años han demostrado que a medida que la confiabilidad de los itinerarios ha disminuido debido a la instabilidad del mercado, el mercado spot ha respondido con tarifas más altas. Esto significa que, en ocasiones, los propietarios se han enfrentado a tarifas de US$13.192/FEU, mientras que la confiabilidad de los itinerarios fue de solo el 18,1% (ruta China – Mediterráneo, 14 de diciembre de 2021). Además, sólo en los últimos 6 meses (desde el 5 de octubre de 2023), los dueños de carga sufrieron un aumento del 241% en las tarifas spot, en contraste con una disminución del 49% en la confiabilidad.

La avaricia, mala consejera

La pandemia de Covid-19, la crisis del Mar Rojo y las sequías del Canal de Panamá han subrayado la importancia de la agilidad y la adaptabilidad en la adquisición de espacios. También han destacado el riesgo que asumen los dueños de carga cuando intentan “perseguir el último dólar”.

Al observar la disrupción del Mar Rojo, concretamente a la primera quincena de diciembre de 2023, aquellos que esperaron demasiado para comprometerse con un contrato a largo plazo, ahora enfrentan tarifas spot anormalmente altas, lo que habrá repercutido en los contratos a largo plazo firmados en enero-marzo de 2024.

Como señala Peter Sand, analista jefe de Xeneta: “El peor enemigo para un propietario de carga es su propia codicia. Lo que vimos hace seis meses fueron tarifas bastante bajas (¿spot?) y contratos a largo plazo en niveles cercanos a los previos a la pandemia. Por el riesgo adverso, tenía sentido firmar un contrato de varios años en ese momento, pero muchos continuaron esperando a que los precios siguieran con una tendencia a la baja antes de firmar, y ahora estamos en la situación en la que nos encontramos”.

La moraleja de la historia según Peter Sand es: “No vayas tras el último dólar. En su lugar, equilibra el riesgo de costos más altos con el valor de esforzarse por obtener las tarifas más bajas posibles”.

Por Mundo Marítimo

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