Es tiempo de constante adaptación y aprendizaje, los paradigmas se derrumban y el nuevo orden mundial es el que manda

La finalización de la pandemia del COVID-19 no trajo la tan ansiada “vuelta a la normalidad” en lo que respecta a la logística internacional.

Alcanzamos un breve período de recuperación y orden del tráfico marítimo de importación y exportación, pero al poco tiempo comenzaron los conflictos internacionales. Primero Ucrania y Rusia y tiempo después el denominado conflicto del Mar Rojo de Hamas e Israel.

En paralelo las exportaciones desde China continúan creciendo en forma exponencial, destacándose las ventas al exterior de vehículos eléctricos.

Estos vehículos no sólo se transportan en buques denominados Car-Carrires o RO-RO, sino que también se consolidan en contenedores. Esta situación ha generado el replanteo de las rutas para el tráfico internacional de mercaderías por vía marítima y una gran demanda de contenedores en los puertos de Oriente, especialmente para los puertos de China.

Esta nueva coyuntura afecta directamente el tráfico hacia los puertos de nuestro país ya que el volumen del comercio exterior argentino se ha visto disminuido en los últimos años por la constante inestabilidad económica. Asimismo, la falta de reglas claras en las últimas dos décadas ocasionó la suspensión de servicios de exportación e importación.

El factor climático también está influyendo de manera negativa principalmente para los puertos del sur de Brasil que son utilizados como terminales de trasbordo: Itajaí, Navegantes, Río Grande do Sul entre otros han estado cerrados a causa del mal clima reinante.

Hoy somos testigos de la tragedia que se está viviendo en Río Grande de Sul donde su aeropuerto internacional se encuentra fuera de operaciones por haber sido alcanzado por las inundaciones.

Se pueden citar algunos ejemplos que describen, por si mismos, la grave situación actual:

Exportación Buenos Aires – Barcelona con un trasbordo en Montevideo y un trasbordo adicional en Santos. Tiempo de Tránsito: 50 a 55 días. Normalmente este servicio era directo con 25 días de navegación.

Importación desde Puerto de Génova Italia con tres trasbordos: Valencia -Tánger -Santos – Buenos Aires. Este servicio históricamente fue directo con 18 a 22 días de tiempo de tránsito.

Para algunos puertos de Oriente la oferta no se queda atrás con el servicio vía Mediterráneo saliendo desde Puerto de Shanghái vía Singapur para luego llegar a Valencia y desde allí al puerto de Santos para su posterior arribo al puerto de Buenos Aires.

Este reacomodamiento de los servicios y la alta demanda de espacios provocó que durante abril las tarifas hayan escalado por arriba del 100% y sin perspectivas de haber alcanzado un máximo.

Eduardo Petetta (*)

(*) Licenciado en Comercio Exterior y socio de Green Log SRL

El Cronista

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