Al día de hoy, los mercados globales no han logrado normalizarse tras las disrupciones y cambios que trajo la pandemia de COVID

Esto se debe a distintos motivos que seguramente no tendrán solución en el corto plazo, lo que posiciona a los agentes de carga y sus servicios en una posición dominante para retomar la normal fluidez del comercio, así como aportar a la mejora y economía de los distintos procesos productivos, con el fin de lograr mayor eficiencia y competitividad en los mercados.

En la industria del transporte marítimo, a pesar de las importantes inversiones de las empresas navieras, todavía se observan demoras en los tráficos, en mayor medida debido a los problemas con el uso del Canal de Suez, mientras que las tarifas están en una escalada de precios alcanzando valores similares a los de la pre pandemia. Aquí, nuevamente aflora la necesidad de impulsar los abastecimientos por medio del “nearshoring”, con el fin de evitar las largas cadenas logísticas y sus crecientes problemáticas.

A todo esto, se suman las propias dificultades que todavía atraviesa nuestro país para el pago de los fletes, que solo se puede hacer a los 30 días de prestado el servicio, lo que afecta el pago en moneda nacional y sobre todo a nuestras exportaciones, que se ven demoradas por la reducción de los servicios y por los importantes atrasos que se registran en los distintos tráficos.

En cuanto al transporte aéreo, el mismo mantiene su nivel tarifario, pero con servicios regularizados y con un muy alto crecimiento en los tráficos, sobre todo desde América Latina con los aeropuertos europeos, que no solo operan cargas con esos destinos, sino también en tránsito hacia los países de Oriente.

Por otro lado, los transportes terrestres ahora solo operan con cargas a los países de destino ya que, como lo mencionamos, los transportes multimodales son de difícil operación e implementación por las restricciones cambiarias existentes para el pago de los fletes terrestres hasta los puertos de transbordo, ya que se hace imposible el pago de los servicios prestados hasta esos destinos, previos al cumplimiento del transporte multimodal en todo su trayecto.

Ante estos escenarios, los agentes de carga internacional han invertido y evolucionado hacia el comercio 4.0 incorporando tecnología digital para administrar los embarques y procesos, lo que les permite ofrecer tracking en tiempo real, así como la emisión de documentos electrónicos como el eFBL, entre otras innovaciones.

Además, los agentes de carga se presentan como la mejor alternativa para cooperar con las distintas Aduanas, al poder brindar información y datos de cada embarque desde su propio origen hasta el punto de destino, como lo han demostrado las pruebas ya realizadas a nivel regional.

Con el soporte de ALACAT, como Federación regional, y las Aduanas de España, Perú y Uruguay, ya se han realizado varias pruebas de embarques totalmente digitales, sin el soporte de documentación física en ninguno de sus estadios.

Estas pruebas se realizan con el soporte de una plataforma informática de “blockchain” que recibe información de cada operador en su propio formato, sin la necesidad de realizar cambios o adaptación en sus plataformas operativas.

De esta forma, las distintas Aduanas y operadores (transportes, bancos, cámaras, etc.) generan en conjunto una perfecta trazabilidad y seguridad en todos los documentos utilizados, desde origen hasta el destino final.

Así se ha logrado embarcar cada operación con total transparencia y con la posibilidad de autorizar o limitar la visibilidad que cada operador tiene sobre los embarques, en base a su propia función específica.

Los agentes de carga están profundamente comprometidos en impulsar una mayor dinámica y sustentabilidad del comercio internacional, que permita ganar productividad y competitividad a las empresas en los mercados globales, a través de la posibilidad de dinamizar, transparentar y agilizar todos los procesos logísticos, facilitando también el control de las diversas autoridades intervinientes.

PorJorge Heinermann (Movant)