Cynthia Yaworski, socia gerente de un estudio de comercio exterior, analiza cómo herramientas innovadoras pueden agilizar procesos y reducir barreras al intercambio global
“La logística en Argentina es complicada. Encarece el producto final y todo eso lo paga el consumidor”, afirma Cynthia al analizar el impacto de la operatoria internacional en la vida cotidiana. En esta entrevista, repasa los desafíos de las pymes en comercio exterior, las oportunidades de la digitalización aduanera y el potencial del Carnet ATA para facilitar el intercambio global.
¿Cuáles son los principales desafíos que ves hoy en la facilitación del comercio en Argentina, especialmente para las pymes que buscan insertarse en mercados internacionales?
Cuando hablamos de pymes, lo primero que tenemos que captar —y esto lo digo en función de un dato empírico, de lo que se palpa en el día a día— es que muchas veces no cuentan con el conocimiento, la estructura o el personal idóneo para llevar adelante una operación de comercio exterior o logística internacional. Por eso, el primer desafío es encontrar un aliado estratégico, como un proveedor de logística o de servicios aduaneros.
Generalmente se habla de desafíos como los precios, los proveedores o los fletes, que también importan, pero son cuestiones que pueden resolverse con el tiempo. Si no partís de una base sólida, con un acompañamiento adecuado, es difícil avanzar. Entonces, aunque parezca mentira, el primer desafío del comercio exterior es local.
Cada empresa tiene su propio recorrido. No es lo mismo exportar un servicio que una materia prima o un producto terminado. A veces, por desconocimiento, se subestiman cosas como la factura comercial, que no es solo un papel: es un contrato. Ahí se pueden definir hasta los países árbitros en caso de litigios.
Cada detalle cuenta, y nadie lo sabe todo. Esto es muy dinámico, todos los días se aprende algo nuevo. Por eso insisto: hay que ir acompañado de aliados estratégicos.
¿Qué oportunidades ves en la digitalización de los procesos aduaneros y de comercio exterior?
Dado el contexto argentino, es un gran desafío, pero hay esperanza. La digitalización no depende de un solo factor: está atravesada por la legislación local e internacional, y por las herramientas tecnológicas disponibles. Por ejemplo, se está intentando aplicar inteligencia artificial para la clasificación arancelaria. Sería un gran avance poder clasificar mercaderías con una foto, aunque todavía hay limitaciones técnicas.
También hay una diferencia clave que aprendí recientemente: digitalizar un documento no es lo mismo que emitirlo digitalmente. La digitalización de origen incluye mecanismos de seguridad como blockchain, que garantizan trazabilidad y autenticidad.
¿Y qué avances concretos se están trabajando?
Desde la Cámara de Comercio Internacional, sede Argentina, se están impulsando dos proyectos clave. El primero es la adopción del BL digital. Sería un avance enorme para el país. Las navieras a nivel global tienen como meta que para 2030 el 70% de las cargas operen con BL digital. Que Argentina ya esté hablando de esto es muy prometedor.
El segundo proyecto es el Carnet ATA, que funcionaría como un pasaporte para las mercaderías, permitiendo su traslado temporal entre países adheridos sin pagar impuestos. Pensemos en eventos como las Olimpiadas, rodajes de películas o ferias internacionales. Ya no sería necesario hacer expedientes complejos ni presentar garantías. Solo mostrar el carnet, que registra los bienes a transportar.
¿Y qué impacto tendría en términos prácticos?
Muchísimo. Por ejemplo, una productora internacional que quiera filmar en el norte argentino podría ingresar sus equipos con ese pasaporte, sin tener que presentar garantías o buscar un importador local.
Es una herramienta que puede generar inversión, consumo y empleo. Lo mismo aplica para un profesional que necesite viajar con sus herramientas o un atleta que participe en un evento. Hoy estamos cerca de lograr la adhesión al Convenio de Estambul, lo que permitiría implementar el Carnet ATA en Argentina.
¿Sentís que en Argentina se están dando pasos hacia una mayor eficiencia logística vinculada al comercio exterior?
A ver, seamos honestos: la logística en Argentina es complicada. Encarece el producto final y todo eso lo paga el consumidor. Pero también hay avances. En los últimos meses se han tomado decisiones que facilitan el comercio. Por ejemplo, ya no hay tantas demoras para conseguir turnos en las terminales portuarias como antes, y eso hace una diferencia enorme.
Muchas veces los problemas no vienen solo del transporte, sino de todo el entorno: paros, problemas en balanzas, horarios incumplidos y demás. Cada eslabón que falla genera extra costos. Cuando todo fluye —chofer a tiempo, terminal operativa, aduana eficiente— no hay sorpresas y los costos bajan.
¿Qué mensaje le darías a las nuevas generaciones que están considerando especializarse en comercio internacional y aduanas?
No me gusta hablar de consejos, pero sí puedo dar una recomendación: que no dejen de capacitarse. Y esto no es solo para quienes van a trabajar como despachantes o en logística, sino también para importadores y exportadores. El conocimiento es la mejor herramienta para enfrentar cualquier realidad.
¿Cómo saber si un servicio es bueno o transparente si no tenés con qué compararlo? No hace falta saberlo todo, pero sí interiorizarse, leer, escuchar y formarse. Todos, todos necesitamos actualizarnos a diario, porque este es un mundo muy dinámico.
Fuente: MOVANT LOGCOMEX