Las dificultades propias de un escenario de incertidumbre, los cambios de normativa y el impacto que pueden generar los camiones eléctricos dentro del rubro son algunos de los temas sobre los que reflexiona Diego en diálogo con Movant Connection.

Los camiones son grandes, pesados y caros, así que se traen sólo por pedido, en la medida en que van siendo vendidos. Por lo tanto, casi no generamos stock y dependemos mucho de cómo vayan evolucionando las ventas.

Por otro lado, hace algunos años hicimos un cambio logístico importante. Antes la distribución la hacíamos trayéndolos vía transporte marítimo hasta Zárate y de ahí distribuíamos a nuestros concesionarios en todo el país por tierra.

Pero después cambió el proceso porque encontramos la posibilidad de cruzarlos de Brasil, donde se producen los camiones, directamente por una aduana de frontera, la de Santo Tomé, y hacemos directamente desde ahí toda la distribución para los diferentes puntos del país. Es decir, los camiones no vienen a donde está situada la empresa sino que van directamente a los concesionarios desde la aduana. Haber descubierto esa posibilidad de hacer el proceso fue un salto muy positivo que nos permitió abaratar mucho los costos.

Los últimos dos años fueron bastante difíciles para el sector, tuvimos complicaciones por no poder girar dólares al exterior, por el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) y el índice de Capacidad Económica Financiera (CEF), entre otras cosas.

Nos despertábamos sabiendo que podíamos encontrarnos con alguna norma nueva que cambie las reglas de juego. Por ejemplo, un día nos despertamos y teníamos el CEF 1, que no nos dejaba importar. Todas esas dificultades provocaron una merma en la cantidad de importaciones de camiones.

Esa situación también dificultó la relación con los proveedores, porque al confirmar una compra había que avisar que se iba a pagar en 180 días. Y la verdad que ni siquiera podíamos estar tan seguros de que iba a efectuarse en ese plazo, porque no sabíamos qué podía pasar en el medio.

Hoy en día la situación está mucho más clara, cambió mucho de un año a otro. El cambio del SIRA al Sistema Estadístico de Importaciones (SEDI), sacarnos el CEF, etcétera. La verdad que todo eso a nosotros nos mejoró en gran medida la situación.

Por otra parte, nos gustaría salir del cepo cambiario. Sin embargo, creo que va a ser muy difícil que se pueda salir el año que viene. Y creo que está muy bien que se haya bajado el impuesto PAIS y estamos deseando que se vaya también la otra parte que queda en pie. Eso puede darse en diciembre y espero que así sea, porque su eliminación puede beneficiar mucho al sector.

Muchos de los camiones que traemos son para flota. Entonces, en este rubro convivimos en una relación muy estrecha con el consumo en general, cuanto más importaciones de cualquier tipo de mercadería empiece a haber, nosotros vamos a vender más camiones, porque es lo que se usa para distribuir, para la logística de los productos. Por lo tanto, todo lo que pasa en general en la economía nos afecta.

Por eso, desde este rubro no sólo deseamos que repunte nuestro sector sino que todas las industrias puedan importar. De esa manera seguramente nos va a ir mejor a nosotros y, además, el comercio exterior es el motor de la economía, así que esperemos que se pueda reactivar lo antes posible.

En general, a medida que las rutas se vayan mejorando y vayan estando en mejores condiciones, los camiones van poder tener mayor vida útil y ser de mejor calidad.

Por otro lado, creo que el siguiente gran salto del transporte terrestre en Argentina va a darse cuando pasemos a camiones eléctricos. Yo creo que de acá a cinco años tal vez podamos empezar a verlos más seguido. Europa viene muy bien en ese sentido y Brasil creo va a ser el segundo. Quizás después de eso lleguen a Argentina, eso puede ser un paso importante para el futuro de este rubro.

Fuente: Movant