A través de un comunicado explicaron que: “El crecimiento de la actividad económica y la recuperación de las importaciones mantienen una relación directa, proyectando sus efectos sobre el crecimiento de la industria nacional – principal cliente de la importación –, mejorando su competitividad y oportunidades de exportación y propiciando condiciones de negociaciones internacionales que podrían expandir la apertura de nuevos mercados, la consolidación de los existentes y el equilibro de las tan necesitadas divisas.”
“En un contexto donde reconocemos una situación agravada de crisis cambiaria, las importaciones no son el problema de fondo, pero si la variable de ajuste. Estas importaciones tienen un rol trascendental en las industrias productivas, además de generar importantes niveles de empleo en el comercio y en los servicios. La recuperación del PBI durante todo 2021 y especialmente en el primer cuatrimestre del 2022, luego de sufrir una importante caída producto de la pandemia y la falta del ritmo productivo nacional en 2020, presionó de forma exponencial al aumento de los pagos por importaciones vinculados al mayor nivel de actividad económica.”
“Este crecimiento, siempre positivo, requiere de políticas de comercio exterior que fortalezcan las bases de la previsibilidad y generen expectativas que contribuyan a un mejor desempeño empresarial a partir de, entre otras cosas, ser eficientes en la cadena de abastecimiento. El plano internacional nos pone ante el desafío de la inflación -un histórico flagelo argentino- con países que han alcanzado cifras no vistas en décadas. La presión se traslada también al plano local: los precios por importaciones han aumentado dos dígitos entre iguales períodos 2021 y 2022.”
“En este marco, donde también se suma la crisis energética que agrega incertidumbre a la posibilidad del crecimiento en el intercambio comercial argentino con el mundo, desalentar las importaciones dificultando los pagos al exterior de las obligaciones contraídas por los empresarios no pareciera ser una solución eficiente, desarrollista y de largo plazo cuyos efectos sean positivos. Más bien, los resultados esperados podrían ser todo lo contrario.”
“Entendemos y compartimos la necesidad de priorizar ante la escasez, pero no esperamos una solución al flagelo de las divisas poniéndole un límite al comercio exterior. Las soluciones deben surgir de los incentivos a la creación de valor exportable, de la mejora de los costos en los servicios vinculados a la cadena de abastecimiento, de un clima de negocios estable y de la consolidación del diálogo público privado.”
“Nuestra Institución se pone a disposición del Banco Central de la República Argentina y del Ministerio de Desarrollo Productivo, a cuyo Ministro hemos solicitado una audiencia, a los fines de trabajar mancomunadamente en alcanzar un mejor comercio exterior”
Fuente: CIRA