Hay solo 12 países que usan ese impuesto, que genera distorsiones y afecta la competitividad
En un escenario de escases de divisas, reservas insuficientes, inflación descontrolada, el Gobierno impulsa nuevamente un aumento de las “Retenciones a las Exportaciones”, a contramano de las economías modernas.
Vale recordar que muy pocos países en el mundo utilizan un régimen de retenciones: solo 12 además de la Argentina. La lista “ejemplar” es la siguien te: Indonesia, Rusia, Kazajstán, Uzbekistán, Costa de Marfil, Tanzania, Guinea, Camboya, Irán, Camerún, Uganda y Hungría.
LOS DEFENSORES DE LAS RETENCIONES A LAS EXPORTACIONES
Algunos economistas defienden este tributo (cada vez son menos) considerando que en épocas de crisis, sirve para obtener Recursos Fiscales en forma rápida y efectiva.
También se utiliza como un instrumento que limita los aumentos de precios internos de algunos productos que se generan por la devaluación del peso. Ante esta circunstancia, cabe preguntarnos ¿cómo hacen los países que no aplican este tributo para evitar que los precios internos se disparen?
LAS RETENCIONES A LAS EXPORTACIONES GENERAN DISTORSIONES Y AFECTAN LA COMPETITIVIDAD
El impuesto genera “distorsiones“, afecta la competitividad de nuestros productos, que en su gran mayoría son commodities que se comercializan en mercados internacionales, con lo cual el impuesto no incide en el precio, pero sí disminuye la rentabilidad del exportador y, como consecuencia, de la traslación del impuesto hacia atrás, afecta al productor como contribuyente incidido por el gravamen.
En la década del ´90, Brasil eliminó este impuesto y generó un récord de producción agrícola y un boom exportador, lo cual, lejos de perder recaudación tributaria la misma aumentó por efecto de la mayor actividad económica.
BAJAR IMPUESTOS DISTORSIVOS
En una nueva etapa post pandemia, se requiere priorizar el crecimiento económico, impulsar la capacidad productiva, incentivar la inversión, aprovechando las nuevas tecnologías disponibles.
En este punto, el sistema tributario, a través de una baja de gravámenes distorsivos, es una herramienta clave para agregar productividad y darle “masa muscular” a la actividad económica.
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AUMENTAR IMPUESTO POTENCIA EL SESGO ANTI-INVERSIÓN
Seguir creando o aumentando impuestos potencia el “sesgo anti-inversión” y atenta contra la prosperidad económica y como consecuencia, la creación de empleo.
Cabe destacar que toda la cadena productiva que culmina con la exportación tiene tres obstáculos; en primer lugar, una brecha cambiaria obscena, en segundo término, el impuesto a las exportaciones y, por último, el costo de gran parte de los insumos cuyo valor está más cercano al dólar real y no al oficial.
Por último, un tema no menor, si el Gobierno desea impulsar un nuevo aumento de las retenciones, dicha modificación debe realizarse a través de una ley aprobada por el Congreso Nacional. Los derechos de exportación son verdaderos tributos, con lo cual rige el principio constitucional de reserva de ley (art. 4, 17 y 52 de la C.N.) y que fuera ratificado por la Corte en la causa Camaronera Patagónica (15/04/2014).
Fuente: El Cronista