La advertencia de la designada canciller Diana Mondino que les dejó a los industriales por eventuales cortes de la energía eléctrica es parte de un corte en la cadena de producción que un sector del círculo rojo comenzó a aceptar, pero que provocó agrietamientos en uno de los espacios que más reclamaban por estabilización macroeconómica y sinceramiento de precios. La lista de entidades que exigen una apertura al diálogo para negociar condiciones de supervivencia a la estanflación anunciada por el presidente electo Javier Milei es extensa y ya dividió a las grandes empresas de las pymes por la capacidad de soportar una crisis de demanda.
Las empresas se resignaron a refinanciar sus deudas comerciales y ahora calculan las pérdidas millonarias que deberán afrontar con la actualización del tipo de cambio, estimado en promedio a $ 700 con devaluación de shock, y los nuevos costos financieros que se aplicarán al esquema de repago de las importaciones ya utilizadas. En general, las fábricas se cubrieron con dólar futuro o bonos, ante la imposibilidad de disponer de dólares, aunque las pymes que quedaron fuera de ese paraguas “están en riesgo de quiebra”.
“Ya sabemos que deberemos perder plata y asumir los nuevos costos del refinanciamiento de las importaciones, porque el nuevo gobierno garantizará el flujo de dólares para las nuevas importaciones, pero apenas dejará gotear para el pago del stock la deuda comercial”, admitió a PERFIL uno de los empresarios que pasearon por los pasillos de la 29ª Conferencia Industrial de la UIA, que se realizó el jueves pasado en el centro porteño.
Ante el crecimiento exponencial de las Lediv, letras de cobertura ante una devaluación, y sus riesgos asociados a futuro, el Banco Central primero achicó a los sectores que podían suscribirse, pero luego descontinuó por completo sus licitaciones y eliminó la obligación de que los bancos ofrezcan nuevas cuentas remuneradas dollar linked. Las empresas ya hacen cálculos con un piso de $ 680 para el nuevo dólar, en línea con el exportador, pero advirtieron que el techo dependerá del éxito inicial de las medidas del nuevo gobierno.
“Recordemos que las Lediv funcionaban para los bancos como contrapartida de las cuentas remuneradas dollar linked que se ofrecían como un ‘seguro cambiario’ barato frente a una devaluación. Ante la expectativa de una devaluación discreta y el crecimiento de la deuda comercial su stock pasó de poco más de US$ 2 mil M a principios de octubre a más de US$ 5.100 M”, señaló un informe de Ecolatina.
A nadie sorprendió la ausencia de referentes industriales en el cónclave industrial. El diálogo más fluido es con el exvicepresidente de General Motors regional, Federico Ovejero, pero no está confirmado que se convierta en el secretario de Industria. Incluso está en veremos la órbita de trabajo, porque existen posibilidades de que se mude de Economía a Infraestructura, con la idea de unificar a todos los sectores productivos. Quien sí reapareció en ese ámbito fue Martín Etchegoyen, un exfuncionario macrista, con paso previo por la Dirección Ejecutiva de la UIA de la mano de Techint, lo que podría ser una señal para los empresarios.
Algunos no se mostraron muy conformes, porque fue parte del equipo cambiemita de Francisco Cabrera, el exministro que tildó de “llorones” a los dueños de las fábricas que se quejaban por la apertura indiscriminada de las importaciones, y quien confrontó abiertamente con el entonces presidente de la UIA, Miguel Acevedo. Justamente, quien es uno de los dueños de la aceitera AGD, el jueves pasado esquivó ese encuentro.
“(Luis) Toto Caputo va a ser ministro de Finanzas. El ministro de Economía va a ser el propio Milei”, afirmó el dueño de una de las empresas consideradas grandes en el país, consultado por PERFIL. Esa especulación, con información que le dio el entorno más cercano al presidente electo al círculo rojo, consagrará el plan de ajuste a partir del consumo, lo que significará una abrupta caída del poder adquisitivo y un apagón de las fábricas provocado por una fuerte recesión de la actividad económica.
La UIA intentó, en vano, tener un cara a cara con Milei. Según creen entre los empresarios, el plan de ajuste empezará por la industria, el comercio y la construcción. Para intentar que la sangría de empleos y fábricas no sea abrupta, las pymes industriales buscaron vincularse con el libertario, pero hasta el momento fueron ignoradas por el entorno presidencial. Algunos empresarios consideraron esa actitud como un anticipo de lo que vendrá. La pregunta que se hizo el dueño de una fábrica santafesina, consultado off the record por PERFIL, fue: “¿Qué actitud tendrá la conducción de la UIA ante la crisis que impactará primero en las pymes? ¿Elevará la queja, como venía haciendo, o se escudará en la gobernabilidad, mientras las pymes nos fundimos?”.