La “lluvia” de divisas del agro trajo más tranquilidad a la plaza cambiaria: el dólar libre recortó once pesos (3,8%), a 274 para la venta, mientras que la brecha cambiaria se redujo al 93,8 por ciento, pero el incentivo a las liquidaciones del complejo sojero también llegó acompañada de una aceleración más acelerada.
El dólar mayorista subió 2,35 pesos (1,7%) en la semana -el mayor salto en tres años-, lo que eleva el ritmo de devaluación a la zona del 7%, ya sobre inflación mensual estimada por las consultoras privadas que releva el Banco Central (BCRA).
Lejos está de un “fabregazo”, es decir la suba del 21% para el tipo de cambio oficial aplicada en tres días por el Banco Central entre el 21 y el 23 de enero de 2014, cuando presidía la entidad Juan Carlos Fábrega, el hoy gobernador bonaerense Áxel Kicillof era ministro de Economía y Cristina Kirchner cursaba su segundo mandato presidencial.
Aquel salto del tipo de cambio produjo un rápido “pass throug” o traslado a precios que elevó la inflación anual a la zona del 40 por ciento. En este 2022, la inflación ya tiene un piso del 70% anual, lo que hace de la apuesta del Central una jugada de riesgo.
No pasa desapercibida la pérdida de competitividad cambiaria de la economía argentina debido a la espiralización inflacionaria que encarece la producción local cuando el dólar se atrasa a modo de “ancla” de los precios. En ese aspecto, el dólar mayorista, ahora a $141,38, acumula un alza de 36,7% en lo que va de 2022 frente a una inflación acumulada del 58 por ciento.
La economía local recayó en déficit comercial de bienes en junio y julio. Al contabilizar el desbalance de la cuenta de servicios, con creciente incidencia del turismo emisivo, la cuenta corriente se volvió muy deficitaria, un obstáculo insoslayable para la intención de devaluar el peso a menor ritmo que la inflación -el llamado “crawling peg”- habida cuenta de la pérdida de la competitividad cambiaria.
En ese sentido, el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral que mide el Central perdió unos 30 puntos respecto de enero de 2020 y está en su punto más bajo desde enero de 2018.
En ese sentido el Gobierno se resignó a convalidar un dólar de 200 pesos para que el agro liquide, lo que da una idea del real valor que debería tener el dólar comercial para que la economía sea viable.
Fuente: Infobae