Argentina enfrenta un 2024 con importantes desafíos y oportunidades en el ámbito del comercio exterior
Eso se da en el marco de una economía que ha experimentado cambios significativos en un contexto de ajuste fiscal y fluctuaciones en el mercado cambiario.
Por un lado, el país comenzó el año con un superávit primario de 2.407 millones de dólares en enero, el primero en 12 años, lo que marca un hito significativo. Dicho resultado fue posible gracias a un aumento notable en los ingresos totales, que crecieron un 256,7% interanual, alcanzando los 7.360 millones de dólares.
Ese crecimiento estuvo impulsado por un mejor desempeño en el comercio exterior y por las medidas de ajuste fiscal implementadas por el Gobierno, como la eliminación de algunos fondos fiduciarios y recortes en el gasto público.
Sin embargo, a pesar de estos avances, persisten importantes desafíos. Las restricciones cambiarias y el ritmo acelerado de acumulación de deuda comercial son dos de los principales problemas que enfrenta el país.
Hasta febrero, la deuda comercial aumentó en 5.871 millones de dólares, acumulando un total de 9.395 millones de dólares desde diciembre. La falta de acceso al mercado cambiario también ha generado preocupaciones sobre una posible pérdida de 4.000 millones de dólares provenientes del sector agroexportador, principal complejo generador de divisas del país.
Instrumentos económicos y ajustes necesarios
El nuevo índice “Dólar Exportación”, lanzado en enero, busca proporcionar mayor transparencia y apoyo a la liquidación de exportaciones en un contexto de ajuste económico.
Este índice, que refleja un tipo de cambio ponderado del Dólar BNA Comprador y el Índice CCL Matba Rofex (indicador financiero que mide las paridades implícitas en transacciones de renta fija y variable en pesos versus dólares con liquidación en cuentas del exterior), es una herramienta clave en la estrategia del Gobierno para promover las exportaciones.
Sin embargo, la efectividad de esta medida dependerá de cómo se gestione el tipo de cambio en los próximos meses, especialmente en lo que respecta a la política de crawling peg (suba progresiva y controlada del dólar oficial), que será crucial que el Gobierno mantenga en un ritmo cercano al 2%.
Además, será importante la validación que reciba el tipo de cambio exportador por parte del sector agroexportador durante la cosecha gruesa.
Pasos tomados y deudas pendientes
La flexibilización gradual de las restricciones a las importaciones, combinada con un enfoque más eficiente en el uso de divisas, podría tender a aliviar la presión sobre el mercado cambiario y permitir una gestión más equilibrada de la deuda comercial.
Además, el Gobierno está utilizando instrumentos como el Bopreal para cancelar deudas y ha abierto licitaciones para pequeñas y medianas empresas, lo que también podría ser un paso positivo hacia la reducción de la deuda comercial y la mejora en el acceso al mercado único y libre de cambios (MULC).
Por otra parte, el Plan Nacional de Promoción de Exportaciones, que se presentará a nivel federal, buscará incentivar a más pymes a exportar productos a nuevos destinos, incluyendo sectores como la innovación y el medio ambiente. Este plan tiene como objetivo superar las 11.500 empresas exportadoras que había en 2011, lo que sería un logro significativo para la economía del país.
La realidad de la deuda comercial y las restricciones cambiarias seguirán siendo desafíos importantes en el corto plazo, y será crucial que el Gobierno adopte políticas eficaces para garantizar la estabilidad económica y fortalecer el comercio exterior.
En ese marco, de cara a 2025, las perspectivas del comercio exterior argentino dependen en gran medida de la capacidad del Gobierno para mantener el equilibrio entre las políticas de ajuste fiscal y el impulso a las exportaciones.
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