Los vencimientos de deuda en moneda extranjera promedian US$ 15 mil millones por cada uno de los próximos dos años. Una salida, la clásica de los gobiernos libertarios, consiste en hacerlo a través de la toma de nuevos créditos internacionales. Sin embargo, se torna un camino complejo cuando la balanza de comercio exterior y de turismo se mantienen negativas.
Cancelar los próximos pagos con superávit de cuenta corriente exigiría una devaluación tan significativa como socialmente regresiva, coinciden economistas. “Pagar los vencimientos de deuda de 2026 y 2027 con exportaciones de bienes y servicios mayores a las importaciones exigiría un dólar muy alto, que impediría que la inflación baje y la actividad crezca”, evaluó la Gerencia de Estudios Económicos del Banco Provincia.
El stock de reservas no permite enfrentar los pagos, ya que se estima que las reservas líquidas rozan los US$ 5 mil millones sin contar los encajes por los depósitos de los privados. Argentina le debe US$ 57 mil millones al FMI, lo que equivale a más de un tercio de su cartera.
Por su parte, la inversión extranjera directa (IED) está en mínimos de los últimos veinte años: US$ 1.200 millones negativos entre enero y agosto de este año, y solo por debajo de 2020 en la región, según este informe de la Cepal, que arranca en 2010. Javier Milei es el único presidente con saldo en rojo en el IED en los primeros dos años de gestión, al menos desde Néstor Kirchner.
Este año, las emisiones de deuda de países emergentes saltaron un 60% respecto del promedio 2021-2023: pasaron de US$ 166 mil millones a US$ 271 mil millones. “A diferencia de otros episodios de estrés internacional, las mayores tensiones globales promovieron el apetito por emergentes en lugar de reducirlo”, analizó el Bapro.
“El nuevo régimen instaurado parece perseguir como objetivo la acumulación de reservas, que en líneas generales es un eufemismo de un objetivo de tipo de cambio competitivo”, planteó LCG. Interpretaron esta visión como “muy buenas noticias” porque, en línea con lo sugerido por el FMI, “a la robustez que brinda el equilibrio fiscal se sumará la que brinda un equilibrio en las cuentas externas”.
Coinciden en que acumular activos en el Banco Central vía endeudamiento “sería una mala señal porque esas nuevas reservas suelen tener vida corta en un país como el nuestro, en donde los inversores están siempre deseosos de ver la capacidad de nuestro país de generar divisas de manera genuina”.
“Para que se entienda: volver a los mercados de deuda (como dice Bessent, en 2026) será importantísimo para financiar vencimientos o gestionar pasivos, pero no deberían financiar nuevamente un comex y turismo deficitarios”, sentenció LCG.
Desde CEPA analizaron que “los mercados parecerían estar descontando” la emisión de nueva deuda de parte del Gobierno en el futuro próximo. “Esto podría reducir muy fuerte la expectativa de devaluación del peso, ya que el rollover de los vencimientos (nueva deuda para cancelar capital) le permite al Tesoro no verse forzado a comprar en el mercado de cambios una parte considerable de los dólares para hacer frente a los vencimientos de capitales”, matizaron.

