Moody’s Ratings subió este jueves las calificaciones de emisor en moneda extranjera y local de la República Argentina a Caa1 desde Caa3, en una señal de respaldo a los recientes avances en política macroeconómica.

En pocas palabras, una calificación Caa1 desde Caa3 por parte de Moody’s significa que Argentina es considerada todavía un emisor de alto riesgo, pero con una mejora relativa dentro del rango especulativo más bajo.

Además, la perspectiva pasó de positiva a estable, lo que implica que, por el momento, no se esperan nuevas modificaciones en el corto plazo.

Moody’s destacó que estas medidas comienzan a aliviar las presiones sobre las reservas internacionales y a “fortalecer la liquidez en moneda extranjera”.

La evaluación de Moody’s

“El proceso de desinflación, junto a una política fiscal más prudente y reformas orientadas a corregir distorsiones estructurales, sustentan el objetivo de lograr la sostenibilidad de la balanza de pagos”, señaló la agencia.

Aun así, advirtió que la débil posición externa y los obstáculos estructurales a la inversión son limitantes para una mejora más significativa en el perfil crediticio del país.

Recuperación económica y reordenamiento macroeconómico

La calificadora también valoró la recuperación de la actividad económica, que mostró un crecimiento interanual del 5,9% en el primer trimestre de 2025, tras seis trimestres consecutivos de caída.

El repunte fue atribuido a un aumento de la demanda interna, mejores condiciones de crédito y “un aumento de los salarios reales” impulsado por la baja de la inflación.

Para Moody’s, la actual expansión económica “podría resultar más sostenible que en ciclos anteriores” debido al equilibrio fiscal alcanzado y al menor financiamiento monetario del déficit.

En abril, el gobierno reemplazó el sistema de paridad móvil del peso por un régimen de flotación administrada con bandas cambiarias, el cual genera ruido por estos días, pero para Moody’s,  permitió reducir distorsiones en el mercado oficial de divisas y mejorar la competitividad externa.

Aunque algunas restricciones se mantienen, el enfoque gradual para desmantelar los controles “busca evitar sobresaltos en el proceso de ajuste”, consideró.

FMI, reservas y financiamiento

La mejora en la calificación también se sustenta en el nuevo programa con el FMI que contempla desembolsos por u$s 20.000 millones hasta 2029.

De ese total, ya se liberaron u$s 12.000 millones, mientras que otros u$s 3.000 millones dependen de revisiones programadas. A eso se suman aportes adicionales por u$s 6.100 millones provenientes de bancos multilaterales. A diferencia de acuerdos anteriores, los recursos no serán utilizados para financiar el déficit fiscal, sino para sostener la estabilidad de la balanza de pagos.

Sin embargo, Moody’s advirtió que la acumulación de reservas sigue atada al financiamiento externo y no se ha producido aún de forma endógena. El superávit comercial se ha reducido en comparación con 2024, y la recuperación de la demanda interna, junto con el fortalecimiento del peso, han incrementado el déficit de la balanza de servicios.

Aun así, la calificadora resaltó como factor mitigante el elevado nivel de activos externos del sector privado argentino, que podrían actuar como “colchón” ante necesidades de divisas. Se estima que los argentinos mantienen en el exterior unos u$s 200.000 millones, equivalentes al 31% del PBI.

Riesgos y posibles escenarios

Moody’s indicó que la perspectiva estable “equilibra los avances logrados con los desafíos pendientes“, y señaló que un mandato político más sólido tras las elecciones legislativas de octubre podría acelerar la implementación de reformas estructurales. Por el contrario, advirtió que un relajamiento prematuro del programa de ajuste o un shock político podrían poner en peligro los logros alcanzados.

La agencia también actualizó los techos país: el de moneda local fue elevado a B1 desde B3, y el de moneda extranjera a B2 desde Caa1, en línea con una mayor previsibilidad de la política económica y una menor injerencia estatal sobre el sistema financiero.

Por último, Moody’s reiteró que una suba adicional de la calificación requeriría una acumulación sostenida de reservas internacionales sin recurrir a deuda, y una consolidación del proceso de reformas estructurales. Por el contrario, cualquier deterioro de la estabilidad macroeconómica o reaparición de tensiones externas podría conducir a una nueva rebaja.

Redactor de Finanzas & Mercados (El Cronista)

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