Se veía venir. Lo sorprendente es la rapidez con que llegó la hora de la India. Era previsible, desde hace unos años, que la India superaría a China como segunda potencia mundial. Todavía no la superó, pero está muy cerca. No hace mucho que ya la sobrepasó en número de habitantes, dado que entre los tantos problemas que aquejan a China, el del descenso de la población es uno de ellos.
Pero, la principal diferencia está en otro lado. Los indios son muy diferentes a los chinos, especialmente en su creatividad. Históricamente han sido los inventores del cero, un progreso incalculable en las matemáticas. En la actualidad son líderes y grandes exportadores de software, lo cual obviamente está relacionado con las matemáticas. Son, además, la democracia más poblada del planeta, se han modernizado, ha progresado y abandonado las arcaicas teorías religiosas, sociales y políticas conservadoras y contrarias al progreso que tenía Gandhi, su viejo líder asesinado en 1948.
El ascenso de la India tiene entonces una estrecha correlación con el descenso de China. Esta última, entre los numerosos problemas que tiene actualmente, está sufriendo las consecuencias de sus inacabables enfrentamientos comerciales con los Estados Unidos. Los norteamericanos desconfían cada vez más de los políticos chinos, especialmente de su presidente. Por ello, no es de extrañar lo que está ocurriendo en Wall Street por estos días. Los inversores en estas últimas dos semanas han estado retirando sus inversiones en China, dada la tambaleante situación de la economía. Hace veinte años la corriente había sido la inversa: todos apostaban al país que más crecía en el mundo y prometía llegar a ser la primera potencia económica mundial.
Actualmente el gran potencial de las inversiones se está dirigiendo a la India. Goldman Sachs y Morgan Stanley, dos de los más grandes grupos de Wall Street, han elegido a la India como el principal destino de sus inversiones en la próxima década. Así es que la India es la nación con mayor crecimiento actual en el mundo: un siete por ciento anual.
India tiene otras ventajas de índole político: es más confiable que China (que es una dictadura del Partido Comunista) por funcionar como una democracia y porque además no representa, como China, una amenaza para la estabilidad del orden global de Occidente. Por eso precisamente es considerada una especie de contrapeso a la tensión con China.
Carlos Canta Yoy (Todocomex)