La liberación de los dólares oficiales del Banco Central para pagar modelos importados están saliendo a más de 180 días de plazo, en tanto las de piezas para la producción mantienen esa fecha, señalan en el sector; es una vuelta de tuerca más al cepo importador
Luego de las trabas a las importaciones aplicadas durante abril, cuando las autorizaciones para ingresar modelos fueron liberadas recién sobre el final del mes, las automotrices enfrentan ahora otro obstáculo derivado de la falta de dólares: los autos importados que fueron aprobados en lo que va del mes salieron con un plazo de pago autorizado superior a los 180 días que venía fijando el sistema SIRA desde que fue implementado en octubre de 2022.
“Los autos están entrando a más de 180 días (para la autorización del pago al exterior) en los últimos días. Las piezas se mantienen en 180″, señalaron en una automotriz ante la consulta de LA NACION. Otra fuente del sector confirmó la misma situación. Hasta abril, los plazos se mantenían en los 180 días para los autos importados.
La extensión del plazo de pago para esos modelos que entraron en las últimas semanas significa en los hechos que el Banco Central (BCRA) se compromete a liberar los dólares al tipo de cambio oficial para que la automotriz le pague a su casa matriz o a otra filial –Brasil, por caso- más allá de los 180 días, recién en diciembre, cuando ya se haya conocido el resultado de las elecciones presidenciales.
Se trata de una vuelta más al torniquete que viene aplicando el BCRA a los pagos al exterior para administrar los dólares que quedan en las reservas. Ante la escasez cada vez más profunda de divisas, en el caso de las automotrices, prioriza los pagos de las piezas necesarias para la producción local dentro de los 180 días y extiende más allá de ese límite los de los modelos importados, lo cual aumenta la exposición de las terminales locales con sus casas matrices. Es una preocupación que crece en el sector.
En los primeros tres meses del año, las autorizaciones para importar autos a través del sistema SIRA fluyeron dentro de lo esperado, explicaron en las terminales, pero en abril se frenaron durante todo el mes hasta los últimos días, cuando empezaron a ser liberadas. Las trabas del mes último coincidieron con la pérdida constante de reservas del BCRA y el menor ingreso de dólares que ocasionó la sequía. Las automotrices que operan en la Argentina solicitan autorización para importar piezas para producir y autos, la mayoría de ellos, provenientes de Brasil.
Cuando se implementó, en octubre último, el SIRA incluyó la opción de importar con dólares propios, sin pedírselos al BCRA al tipo de cambio oficial. Es una alternativa que están usando algunas marcas importadoras de autos que no producen en el país para ingresar modelos. Con el régimen anterior de las “Simis” que regulaba las autorizaciones, los importadores de autos habían pasado hasta un año sin obtener el visto bueno para ingresar unidades.
Al pagar los autos con sus propios dólares o los de sus clientes, los importadores lograron liberar en lo que va del año autos que estaban frenados en la Aduana. Pero el caso de las terminales que producen en el país es distinto, porque dependen del canal oficial.
Las restricciones a las importaciones determinan un mercado interno en el que los autos de fabricación local ocupan cada vez un mayor porcentaje de las ventas. En los primeros cuatro meses del año, el 64,5% de los patentamientos quedó en manos de autos argentinos, contra un 28,3% de los provenientes de Brasil. En el mismo período de 2022, esos porcentajes eran de 59,7 y 31,5% respectivamente.