El confinamiento extremo en el gigante asiático provocó retrasos en la operatoria del puerto de Shanghái
El colapso que se generó en la terminal de mercadería más importante del mundo, el púerto de Shangai, agudizó los problemas de logística que comenzaron en 2020 con la aparición del coronavirus. La capacidad operativa de ese puerto se redujo drásticamente en las últimas semanas tras las estrictas restricciones sanitarias que el régimen de Xi Jinping aplicó para combatir nuevas variantes del virus.
Este puerto, que representó en 2021 el 17% del tráfico de contenedores de China y el 27% de las exportaciones del gigante asiático, se vio afectado por la falta de operarios en las terminales, lo que provocó demoras en la carga de buques portacontenedores.
Esta situación podría impactar en el normal abastecimiento de las cadenas de suministro, lo que provocaría un incremento de la inflación.
En tanto, Marcelo Elizondo, titular de la Consultora DNI, destacó a Ámbito que “el problema de la logística, de los puertos y de los buques viene complicado desde hace varios meses. El transporte de cargas en el mundo juega al límite, no tiene capacidad ociosa y cuando hay sobredemanda se producen cuellos de botella. Hoy esta todo el mundo operando a pleno y cuando ocurrió lo de Shanghai, con alta demanda y confinamiento, el puerto quedó sobrepasado”.
Lo que pasa en China tiene impacto global. Según Elizondo, se trata del mayor exportador del mundo y el segundo mayor importador, por lo tanto se genera una interrupción en el sistema de abastecimiento en las cadenas de valor lo que podría generar algo de inflación”.
Para nuestra región, también habrá consecuencias. China es un importador de materias primas y los envíos son cada vez más complejos de realizar, lo que conlleva a un aumento de tarifas en los fletes.
En este sentido, el sector de la carne es uno de los mas afectados porque China es el principal mercado y tras el rebrote de covid, el precio por tonelada exportada disminuyó. Desde el Consorcio de Exportadores de Carne ABC aseguraron a éste medio que “hay envíos de carne demorados” y a través de un comunicado destacaron que “esta situación repercute directamente en la estructura de costo de las empresas frigoríficas exportadoras, quienes adecuarán sus programas de producción y comercialización a la nueva realidad que se ha configurado”.
Si bien las demoras en el puerto van en camino a una normalización, por ahora para los empresarios argentinos no queda otra que esperar para recibir importaciones.
En el caso de las exportaciones, el impacto se da en quienes envían contenedores (carne, lácteos, etc) donde no se perderán los mercados pero sí habrá que tener paciencia. Vale aclarar que esta situación no afecta los envíos de granos o derivados, ya que Shanghai es un puerto que opera con contenedores y no con bodegas de barcos.
Este tipo de situaciones podrían repetirse en el futuro, pero según Elizondo, “un efecto que va a provocar este problema es que en el mundo va a haber una mayor capacidad de oferta marítima. Muchas empresas enviaron a armar sus propios barcos, empresas americanas que crearon entre varias un consorcio y que le van a competir a las navieras. Esto no resuelve nada ahora pero nos permitirá sortear con mayor facilidad una próxima crisis”.