El saldo fue de apenas US$ 142 millones, el más bajo en la era Milei.
Las importaciones, en enero, sumaron US$ 5.748 millones, con un incremento interanual de 24,6%, explicado principalmente por un aumento de 37% en las cantidades importadas, mientras que los precios disminuyeron 9%.
“Para 2025 no esperamos un marcado crecimiento de las exportaciones. La cosecha gruesa no será muy diferente a la del año pasado y los precios ya se vienen ajustando a la baja. En paralelo, internamente algunos sectores podrán empezar a quedar afuera de los mercados internacionales a raíz de un dólar bajo”, dijeron desde LCG.
Estos efectos solo se compensarán en el margen por las mayores exportaciones desde Vaca Muerta y otros sectores beneficiados por el RIGI, todavía pendientes de maduración.
“Nuestra proyección para el año agregado es exportaciones por US$ 82.000 millones, consistente con una suba de 3,4% anual. Particularmente en febrero, las exportaciones deberían reflejar los efectos de la baja de retenciones (hasta junio para el agro; en adelante para las economías regionales). Pero por el momento, el aporte ha sido menor: en las primeras dos semanas, el sector agropecuario liquidó en promedio US$ 68 millones diarios, por debajo de los US$ 100 millones diarios de los días previos”, dijeron. Vale aclarar, advirtieron, que la medida solo implicaría adelantar saldos exportables, no mayores exportaciones.
La recuperación de la actividad, un dólar barato y la relajación de restricciones son todos factores que prometen dar mayor impulso a las importaciones. Según los números de LCG, serán de US$ 68.000 millones en 2025, 13% más que en 2024.
Por eso, esperan que el superávit comercial ronde los US$ 14.000 millones.
Fuente: El Economista