“Vamos camino a tener muchas empresas paradas a muy corto plazo”, señaló un dirigente pyme de la actividad industrial en una conversación con este diario. La preocupación generalizada en el sector pyme justificó que, diez días atrás, en oportunidad de la celebración del Día del Empresario Nacional, Cgera (Confederación General Empresaria de la R.A.) le presentara al secretario de Industria, José Ignacio de Mendiguren, una propuesta de emergencia para intervenir en el tema.

“Solamente una empresa grande, que trabaja valores importantes y tiene un vínculo muy estrecho de interdependencia con un proveedor, podría lograr que éste le acepte cobrarle recién a los 180 días. Una pyme que compra por un valor de 15 o 25 mil dólares a un proveedor que, en general, es un intermediario o trader, ¿qué posibilidad puede tener de que le den ese financiamiento? Ninguna”, comentó a este diario Daniel Millán, industrial del sector perfumista, obligado a importar los envases de perfumes en el exterior, tanto los de vidrio como de aluminio que no se fabrican en el país.

“El crédito bancario tampoco existe como alternativa, porque para darte un crédito en dólares vinculado al comercio exterior cualquier banco te pide que sea por un valor no inferior a los 40.000 dólares. Las pymes importadoras, en su gran mayoría no llegan a esos valores”, agregó el mismo industrial.

La imposición de los 180 días de plazo –del que sólo se exceptuó a rubros de energía, fertilizantes y del sector automotor– impone además una suerte de incertidumbre sobre cómo evolucionará el mercado cambiario y las reglas para el sector, que ya se está traduciendo en un violento salto en el precio local de algunos insumos y materias primas.

Juan Ciolli, dirigente de la Central de Entidades Empresarias Nacionales (CEEN) da un ejemplo de ello. “Una cartulina especial, brasileña de muy buena calidad, la compré hace dos meses a un precio de 1,80 dólares. Hoy la vuelvo a comprar y el mismo importador la vende a 2,95 dólares. Y me dice: como siempre, la cotización en pesos es la del Banco Nación. Le digo, sí, la cotización es la misma, pero el precio en dólares aumentó casi en la misma proporción entre el dólar oficial y los financieros, y me responde: Pero Juan, dentro de 90 días, cuando vuelva a importar, ¿la cuánto va a estar el dólar? ¿Qué tendré que hacer para conseguir los dólares? ¿Cómo repongo la mercadería?”.

Para Rubén Pallone, presidente de la Cámara Industrial de las Manufacturas del Cuero y Afines (CIMA), si bien la materia prima básica, el cuero, es enteramente de origen nacional, otros elementos para confección de los productos finales son importados. “Algunos herrajes de calidad se importan, porque muchas fábricas locales cerraron. Lo mismo algunos pigmentos sintéticos y telas sintéticas de alta calidad. En el caso de los plastificantes para telas, es todo importado porque en Argentina no quedó industria local cuando empezaron las privatizaciones de la petroquímica”.

“Nosotros entendemos la realidad de que no se cuidaron las divisas y ahora hay escasez, pero lo que no avalamos es este tipo de disposiciones que van en contra de la producción y el empleo. Apliquemos criterios racionales. Vas al supermercado y hay un monto de productos importados que compiten con productos locales, mientras a la industria mediana y pequeña la están dejando sin insumos para producir”.

Integrante de Cgera, Pallone sostiene la postura del documento que le entregaron a De Mendiguren. “Nosotros proponemos un listado de privilegio para todas las necesidades de la industria en materia de importaciones. Quedarían fuera de este beneficio todas las posiciones correspondientes  todo tipo de productos terminados, que podrían ser autorizadas, pero no así su financiamiento”.