Las Naciones Unidas, la OCDE y la Organización Mundial de Comercio anunciaban ya desde octubre del año pasado, que este 2023 el comercio internacional se desaceleraría drásticamente como consecuencia del debilitamiento del crecimiento económico del mundo. No es un secreto que las principales economías se enfrentan a recesiones inminentes, por ello, a principios del 2022 se hablaba de que el comercio podría crecer 3.5% para el 2023, sin embargo, hoy estiman que sea del uno por ciento.
Todo esto debido a la nueva realidad a la que se están adaptando las empresas importadoras y exportadoras: mayores aranceles, nuevos controles a la exportación, mayores sanciones ante incumplimientos, cadenas de suministro más regionalizadas y complejas, afectaciones por las nuevas tendencias verdes (cargos por los más estrictos y nuevos requisitos para evitar el efecto invernadero emitidos en la producción, mayores protecciones comerciales correctivas; y mayor escrutinio de las inversiones extranjeras, subsidios a productores por los países desarrollados, y más.
Para gran parte de la economía mundial, 2023 será un año difícil ya que los principales motores del crecimiento, Estados Unidos, Europa y China, experimentarán un debilitamiento de la actividad, apunta la directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva.
El 2022 cerró con un desempeño comercial más bajo en Asia, señal de que el fin del auge de las exportaciones de esa región está por llegar. Los expertos creen que, aunque China seguirá impulsando la demanda de algunas materias primas, será menor que en años anteriores y las importaciones chinas de muchos bienes de consumo no experimentarán un repunte rápido. “Por primera vez en 40 años, es probable que el crecimiento de China en 2022 sea igual o inferior al crecimiento mundial”, apunta el FMI.
Los analistas norteamericanos apuntan a que las tensiones comerciales con China crecerán. Estados Unidos seguirá este 2023 construyendo una coalición internacional para frenar la influencia global china, no obstante, sus relaciones comerciales con la Unión Europea también se han deteriorado, especialmente por la Ley de Reducción de la Inflación, donde los subsidios y los recortes de impuestos para promover los vehículos eléctricos y otros productos ecológicos fabricados en América del Norte han generado preocupaciones sobre la competitividad industrial de la Unión Europea.
No obstante, y a pesar de poder llevar los desacuerdos a la Organización Mundial del Comercio, es muy poco probable una guerra comercial abierta entre estos socios desde el Plan Marshall (el European Recovery Program); y al contrario todo parece indicar que fortalecerán sus lazos en el 2023 a consecuencia de las preocupaciones geopolíticas (la seguridad energética y la invasión de Ucrania por parte de Rusia).
El Banco Mundial apunta necesario que los países y gobiernos simplifiquen, faciliten y generen las condiciones para que la iniciativa privada pueda desempeñarse, que las empresas ya sean micro, pequeñas, medianas o grandes, son los que generan valor agregado para que las economías salgan adelante y se pueda garantizar la prosperidad de la población.
La directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, afirma que “en estos tiempos difíciles de desaceleración económica, crisis alimentaria y energética, cambio climático y desafíos persistentes en materia de desarrollo, la OMC no puede permitirse quedarse al margen”. Los responsables políticos se enfrentan a “opciones poco envidiables” al tratar de encontrar un equilibrio óptimo entre la lucha contra la inflación, el mantenimiento del pleno empleo y el avance de objetivos importantes como la transición a la energía limpia. En este escenario, “el comercio es una herramienta vital, tanto para mejorar la oferta mundial de bienes y servicios como para reducir el coste de conseguir combatiendo el cambio climático”.
Y es que dentro de las buenas noticias que se vislumbran este año, encontramos que el 2023 puede ser el año del comercio inclusivo y sostenible. Los temas del cambio climático se convertirán en los principales impulsores de la política comercial internacional, con la Unión Europea liderando el esfuerzo.
Ahora bien, si hablamos de nuestro país nos encontraremos un panorama complejo para el comercio exterior si los Estados Unidos entran en una recesión prolongada, recordemos que el 82% de nuestras exportaciones tienen como destino principal a nuestro vecino del norte.
Sin embargo, hoy más que nunca tenemos una enorme oportunidad de desarrollo basado en el nearshoring, del que ya hemos hablado en este espacio, porque nuestro país tiene grandes ventajas competitivas para acceder a los mercados de Estados Unidos y Canadá. Hoy más que nunca, los inversionistas están mirando hacia nuestro país y aquí es muy importante posicionarse bien y mostrar políticas de apertura a esta nueva inversión.
El gobierno federal ha apostado por el desarrollo de nueva infraestructura, modernizando varias aduanas en la frontera norte, cruces ferroviarios y puentes, el nuevo aeropuerto Felipe Ángeles, el proyecto del Itsmo de Tehuantepec y el Tren Maya que sin duda ayudarán a atraer esta inversión que nos permitirá transitar el 2023 de una forma más tranquila que el resto del mundo.
P.D. Mientras tanto de la mano del titular de la Aduana de Nuevo Laredo, el coronel Raymundo Bautista, ésta aumentó su recaudación en 2022 en un 6% y su número de operaciones en niveles del 11%, teniendo como meta superar estos números en 2023.
POR JOSÉ IGNACIO ZARAGOZA A.
EXPERTO EN COMERCIO EXTERIOR
@ignaquiz
Fuente: El Mañana de Nuevo Laredo