El nuevo Gobierno asumió en diciembre del año pasado con US$ 21.017 millones de reservas brutas y llevó el total hasta los US$ 30.000 millones a finales de abril. Pero la cifra se estabilizó e incluso cayó desde ese pico: ahora ronda los US$ 27.500 millones.

El Banco Central de la República Argentina (BCRA), liderado por Santiago Bausili, poco a poco está saneando su balance y fortaleciendo las reservas. Sin embargo, esta última tarea parece costar cada vez más.De hecho, el nuevo Gobierno asumió en diciembre del año pasado con US$ 21.017 millones de reservas brutas y llevó el total hasta los US$ 30.000 millones a finales de abril. Pero la cifra se estabilizó e incluso cayó desde ese pico: ahora ronda los US$ 27.500 millones.

“El mercado se acostumbró a la idea de que el Banco Central podía comprar entre US$ 100 millones y US$ 200 millones por día, que es lo que se vio durante los primeros cinco meses de este año, y que solo fue posible por el régimen de postergación de importaciones con pagos en cuatro cuotas de 30, 60, 90 y 120 días. Eso permitió que el Banco Central tuviera más dólares disponibles para ser comprados”, comentó Javier Casabal, estratega de Renta Fija en Adcap Grupo Financiero.

“Tras una fuerte acumulación de reservas en el primer semestre, que partió de niveles muy bajos heredados de la administración anterior, las reservas netas volvieron a caer situándose en aproximadamente -US$ 4.800 millones. La acumulación inicial fue posible gracias a una devaluación inicial, la oferta de soja y un esquema de pagos de importaciones diferidos”, agregó Nicolás Monzón, analista de Investigación en Balanz Capital.

En concreto, a partir de mayo, se empezó a pagar prácticamente el 100% de las importaciones atrasadas. Y en Argentina se exportan alrededor de US$ 5.000 millones y se importan US$ 4.000 millones por mes, obteniendo como resultado un saldo comercial positivo de US$ 1.000 millones, o aproximadamente US$ 50 millones diarios de compras, una cifra que se aleja de los US$ 150 millones diarios promedio de los primeros meses del 2024.

Además, en los últimos meses hubo dos agravantes. Uno de ellos fue sufrir un invierno un poco más crudo de lo esperado que obligó a incrementar las importaciones de energía“Veníamos de un saldo positivo de US$ 740 millones en abril y en junio teníamos un saldo negativo de US$ 525 millones. Es decir, una diferencia de más de US$ 1.200 millones respecto del periodo anterior. Y se supone que en julio volvió a ocurrir lo mismo que en junio”, indicó Casabal.

Por otra parte, no todas las exportaciones estuvieron pasando por el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC). El “dólar blend” compuesto en un 80% por dólar oficial y un 20% por el tipo de cambio contado con liquidación redujo la capacidad de compra de divisas por parte del BCRA.

Asimismo, según Monzón, en el segundo semestre también hubo que afrontar vencimientos de distintos tipos de deuda y se realizaron intervenciones limitadas en el mercado financiero para contener la brecha cambiaria, que pasó del 55% al rango del 38%. “Mientras que en el primer semestre se logró reducir la inflación y acumular reservas al mismo tiempo, en el segundo semestre el Gobierno priorizó su objetivo de desinflación”, resumió el ejecutivo.

Gonzalo Andrés Castillo (Forbes Argentina)

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