Ricardo Arriazu pronosticó que la economía crecería no menos de 5,2% el año que viene impulsada por la recuperación de la actividad, el crecimiento de los salarios y la expansión del crédito

Ricardo Arriazu, el economista que mejor previó la evolución del programa económico oficial, calcula que, si el Gobierno se mantiene “duro” en la política fiscal y continúa interviniendo acertadamente en el mercado de cambios, la inflación continuará por un sendero descendente culminando el año 2025 con una tasa mensual inferior a 1% y una variación interanual menor a 20%.
Así lo señaló en el marco del tradicional almuerzo de fin de año de la Cámara de Comercio Suizo Argentina. Fue presentado por el presidente de la entidad, Fernando Bekes, quien destacó el optimismo con que las empresas encaran el 2025 y remarcó que constituyen “una cámara que reúne a compañías que miran al largo plazo”.
Uno de los pasajes de la exposición de Arriazu que mayor interés despertó entre los directivos de empresas, fueron sus referencias al cepo cambiario.
Dijo “Odio el cepo, pero más odio el colapso social” al tiempo que aclaró que por el momento es necesario porque peor sería correr riesgos y recomendó “sacarlo, pero de a poco, cuando se pueda”. En este sentido, dijo que es “más importante acumular reservas antes que expandir el crédito”. Respecto del sector financiero destacó que el crédito creció 230% y los depósitos 130% desde abril hasta la fecha.
Tras considerar que con la inflación no se convive, “o se la mata o nos mata a nosotros”, ponderó el enfoque del equipo económico que entendió que la Argentina tiene dos unidades de cuenta, el peso y el dólar y que es necesario estabilizar ambas para lograr bajar la inflación. En el caso del peso eliminando el déficit fiscal y con intervenciones adecuadas para el dólar.Respecto a eventuales fluctuaciones de la divisa, el economista indicó que “para que suba el tipo de cambio real tiene que haber una crisis”, escenario que no avizora.

Crecimiento

Arriazu pronosticó que, si el Palacio de Hacienda sigue haciendo las cosas bien, la economía crecería no menos de 5,2% el año que viene impulsada por la recuperación de la actividad, el crecimiento de los salarios y la expansión del crédito.

Entre los sectores más dinámicos, Arriazu espera para 2025 una expansión de 6% en la producción del campo, 10% en el sector energético y 15% para la construcción.

También remarcó el aporte de la energía a las exportaciones y estimó que el año que viene la balanza sectorial podría arrojar un superávit de 13.000 millones de dólares.

En suma, estimó que la economía va a tener un rebote, pero advirtió que para crecer “todavía hay mucho por hacer”, es decir llevar adelante reformas estructurales.

Manifestó su temor de que la “dirigencia política” no vuelva a impedir que Argentina pueda mantener un crecimiento sostenido. “Cada vez que se discute algo en el Parlamento los mercados se asustan”, ejemplificó.

Sin embargo, sorprendió al auditorio cuando dijo que “Milei resultó mejor político que economista”, rescatando la iniciativa de plantear reformas.

Desde este punto de vista se refirió a la historia y destacó que a comienzos del siglo pasado se dio el proceso de mayor expansión de la Argentina sobre la base del respeto a la propiedad privada, la independencia de la justicia y la inserción en la economía mundial.

Por Liliana Franco (Ámbito)

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