El dato fue publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en su informe sobre Intercambio Comercial Argentino (ICA). También se indicó que las exportaciones crecieron 9%, algo que hace que se empiece el año con el pie derecho en este sentido, incluso considerando que, según afirman varios especialistas, el peso está apreciado.

En enero hubo importaciones por US$5748 millones, cifra que implicó un crecimiento de 3,3% respecto del mes anterior. En tanto, se exportó por un valor de US$5890 millones, lo que significó una caída de 1,5% con relación a diciembre de 2024. Del cruce de estas dos cifras surge que el superávit comercial del primer mes del año llegó a US$142 millones.

Marcelo Elizondo, especialista en negocios internacionales, destacó la importancia del crecimiento de las importaciones en enero. “Esto tiene mucho que ver con la recuperación de la economía, porque cuando hay recuperación se necesita importar más. Además, hay que tener en cuenta que se compara con enero del año pasado, cuando las importaciones se habían detenido por diversas razones”, explicó.

Esto hace predecir, según señaló Elizondo, que este año habrá un superávit comercial inferior al del año pasado –que fue récord, con más de US$18.000 millones–, que se ubicará en US$12.000/US$13.000 millones. “Se va a recuperar la economía, va a crecer el PBI 5% y eso va a demandar más importaciones, algo que ya se está viendo en enero. De hecho, si se observa el desagregado, la única importación que no crece es la de combustible y energía, y eso se debe a que el país está produciendo más en Vaca Muerta”, analizó el especialista.

En este contexto, otro dato positivo es que las importaciones que más subieron fueron las de bienes de capital, lo que significa que hay inversión o por lo menos una recomposición de la inversión. “Esto seguirá todo el año, porque la Argentina viene de mucha desinversión. Creo que este año tendremos un comercio exterior mucho más normal, sin las trabas que tenía, con un peso muy apreciado y la consolidación de la reforma, que permitirá a las empresas ponerse a tono después de tres años con muchas condiciones que no eran las normales”, proyectó Elizondo.

Por otro lado, también las exportaciones tuvieron un buen crecimiento en el primer mes del año, con el rubro de combustible y energía a la cabeza. Del informe del Indec se desprende que otros sectores en los cuales subieron las ventas son los de manufacturas de origen agropecuario (35,1%) y las de origen industrial (16,4%), a la vez que decrecen las exportaciones de productos primarios (-5,4%).

En el caso de combustibles y energía, es probable que haya una consolidación de una tendencia, ya que se estima que para 2030 se estarán exportando unos US$25.000 millones anuales solo de ese rubro.

En un análisis sobre el tema la consultora Abeceb destacó: “A nivel sectorial, claramente en enero se empieza visualizar con más nitidez una dinámica que marcará la tendencia: un superávit comercial energético fuertemente creciente (pasamos de un superávit de US$278 millones en enero de 2024 a uno de US$576 millones en enero de 2025), combinado con un déficit comercial automotriz también fuertemente creciente (de US$338 millones el año pasado a US$718 millones en enero de 2025), con importaciones que subieron nada menos 34,6% (73% en los vehículos para transporte de mercaderías)”.

En cuanto a las perspectivas para este año, en Abeceb opinan que la recuperación de la actividad, el consumo y la inversión que tracciona importaciones, junto con la apreciación real del peso, la eliminación del impuesto PAIS y la apertura económica son fenómenos que están impactando de lleno en la reducción del superávit comercial. El año pasado había cerrado con un holgado superávit comercial de US$18.899 millones, y nuestras proyecciones apuntan ahora a que podría ser de US$12.000 millones”, estimaron.

De todos modos, en Abeceb advierten que habrá que monitorear el frente externo, los precios de exportación, la demanda en un mundo cada vez más volátil, incierto y proteccionista, por cuanto los riesgos del pronóstico hoy por hoy son a la baja. “Sobre todo, en un contexto en que la recuperación económica se acelera (demandando más importaciones), y las autoridades han bajado el ritmo de devaluación al 1%, lo que sugiere que el peso seguiría apreciándose en términos reales por un tiempo más, lo que claramente no favorece un mayor saldo comercial.

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