En un transporte de mercancías cada vez más exigente e intermodal, la logística aeroportuaria se consolida como un pilar fundamental del comercio global, en el que los cargadores nos enfrentamos a un entorno dinámico que requiere eficiencia, agilidad y sostenibilidad.
El proceso de carga aérea incluye la reserva del espacio, la elaboración y entrega de la documentación necesaria, el transporte hasta las instalaciones aeroportuarias, la inspección y control de la mercancía, la preparación de los contenedores (ULDs) y la transferencia a la aeronave para su transporte.
La transparencia y la visibilidad en cada una de estas etapas resulta clave para el cargador, ya que el conocimiento del estado y ubicación de la mercancía en tiempo real, le permite optimizar los recursos necesarios asociados a la operativa.
Los retrasos en los vuelos, las inspecciones en frontera, el mantenimiento de la cadena de frío, en el caso de productos perecederos, la limitada capacidad de almacenamiento temporal, las restricciones de horarios para la recogida de mercancías y la congestión en las zonas de carga y descarga, hacen que el transporte aéreo sea un modo rápido, pero que requiere de una planificación meticulosa y una coordinación logística precisa.
Además, en unos momentos en que la intermodalidad ha tomado relevancia, integrar el transporte aéreo en la cadena intermodal sin afectar los tiempos de tránsito ni la seguridad de la carga, presenta desafíos significativos.
Tampoco la presión por una logística más sostenible es ajena al ámbito aeroportuario. Los cargadores estamos demandando iniciativas que reduzcan la huella de carbono de nuestros envíos. Esto incluye la optimización de rutas para minimizar el consumo de combustible, la elección de aerolíneas que invierten en flotas más eficientes y el uso de combustibles de aviación sostenibles (SAF), aunque su disponibilidad y coste aún son limitantes.
La reducción de residuos en las operaciones de carga, el uso de embalajes más ecológicos y un transporte terrestre de conexión más sostenible (vehículos eléctricos o de bajas emisiones) desde y hacia las terminales de carga, son también aspectos que los cargadores valoran positivamente en su búsqueda de socios logísticos.
Como conclusión, la logística aeroportuaria, vista desde la perspectiva del cargador, es un ecosistema complejo que presenta desafíos operativos y una creciente necesidad de adaptarse a las demandas de sostenibilidad. La clave para superar estos obstáculos reside en la colaboración entre todos los actores de la cadena de suministro, la inversión en tecnología para mejorar la visibilidad y la eficiencia de los procesos, y un compromiso firme con la innovación.
Nuria Lacaci, secretaria general de ACE (Asociación de Cargadores de España)