De continuar propagándose la enfermedad, el sector sufriría un grave revés ya que hay productos que tienen como destino netamente la exportación
A pesar de los esfuerzos del Gobierno nacional, la gripe aviar continúa propagándose en el territorio nacional. Con el desembarco de aves migratorias se conocieron semanas atrás los primeros casos y en los últimos días llegó la peor noticia: se confirmó el primer caso positivo de influenza aviar altamente patógena (IAAP) H5 en aves de corral de la provincia de Río Negro con lo que el país perdió temporariamente su estatus de libre de la enfermedad y autosuspendió la exportación de productos aviares cumpliendo con las normas internacionales. Este significa un duro golpe a un negocio que genera al año alrededor de u$s400 millones en divisas.
Acerca de la producción que no se podrá exportar, dijo que “se puede volcar al mercado interno” y llamó a que “la población se quede tranquila, que se puede consumir porque (la enfermedad) no se transmite por la carne y los huevos y lo que se vende proviene de empresas sanas”.
De cualquier manera, la mayor preocupación del sector y del propio Gobierno es que a partir de la detección de un caso en el circuito comercial, el protocolo indica la matanza de todo el plantel de aves, lo que generará un perjuicio económico para el productor afectado. Es por ello que la cartera agrícola está planteando posibles alternativas de ayuda financiera en estos casos puntuales.
De las 177 notificaciones analizadas por el Laboratorio del Senasa a la fecha, los casos confirmados son 25 (tres en aves silvestres, 21 de traspatio y uno en sector comercial) distribuidos de la siguiente manera: Córdoba (13), Buenos Aires (4), Río Negro (2), Santa Fe (2), Jujuy (1), Neuquén (1), San Luis (1) y Salta (1).
Ante el interrogante de cuándo podrán retomarse las exportaciones, lo cierto es que todavía es muy prematuro para establecer una fecha cierta. Es por ello que la cartera agrícola junto al SENASA busca que la enfermedad no continúe avanzando y todas las miradas están puestas en la provincia de Entre Ríos, donde se encuentran la mayoría de las aves que se producen en Argentina.