El mercado anticipa los efectos que tendrá el fin del gravamen, que se hizo efectivo desde este lunes, en las distintas variables económicas
Implicancias para el comercio exterior
En charla con Ámbito, Federico Vaccarezza dijo que este cambio beneficia en particular al comercio exterior, porque tanto “el cepo cambiario y el impuesto país son dos medidas abiertamente anticompetitivas y distorsivas”, expresó.
Consecuencias para el dólar
Al respecto, Piedad Ortiz, Chief Economist de Wise Capital, expresó: “La estrategia cambiaria que están usando la vemos como muy positiva. Vemos que la brecha está disminuyendo. Que el Impuesto PAIS se va a desmontar. Ya prácticamente, el dólar exportador es una utopía porque los dólares están bastante homogeneizados. Entonces, vemos que este cepo se ha ido levantando poco a poco sin que nos demos cuenta”.
Por su parte, desde Aurum Valores describieron cómo viene siendo la dinámica de los tipos de cambio bursátiles: “El Gobierno sigue teniendo discrecionalidad para intervenir en el mercado y ayudar a mejorar el resultado del ‘carry'”.
Pero ampliaron que, considerando lo que sucede en Brasil, la posibilidad de que se estén cerrando posiciones de ‘carry’ por fin de año, el aumento estacional de la demanda de dólares y el impacto que podría tener la desaparición del Impuesto PAIS la semana próxima, “no descartamos que se mantenga algo prescindente y actúe sólo para evitar bruscas subas en el mercado de dólares financieros acompañando la tendencia”.
Efecto en la recaudación
El Impuesto PAIS representaba un 10% de la recaudación total. En cinco años de vigencia dejó un aporte al fisco de algo más de u$s17.300 millones, el equivalente a 3% del Producto Bruto Interno (PBI). Fue una herramienta importante para engordar la recaudación durante el primer año de gobierno de Javier Milei, un período marcado por una caída de ingresos para el fisco. Con el fin de la vigencia, se empezará a sentir el impacto en la recaudación.
“Ya desde el inicio de diciembre se siente el impacto en los resultados del fisco”, dice el economista Sebastián Menescaldi, de Eco Go. Y enfatiza que esto es un duro golpe para el Gobierno, por el aporte que significaba. Y es que, según indica el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), este año aportó el 1,1% del PBI. En 2020, que fue el primer año de su aplicación, dejó 0,5%; en 2021, 0,24%; 2022, 0,42% y en 2023, 0,80% del PBI.
Entre enero y noviembre de este año, según indica la planilla de recaudación fiscal de ARCA el impuesto generó $6,16 billones. El mes pasado aportó $389.400 millones. El Gobierno espera que una recuperación de la actividad ayude a solventar el impacto del fin de este impuesto en recaudación.
“Se supone que podría tener incidencia en un 1,4%/1,5% de PBI de recaudación, aunque habría que ser cautos de que si hay una mayor cantidad de importaciones podría ser mayor dado que el estado recaudaría menos impuestos mas allá del IVA, que podría llegar a 1,8%. También es cierto que si la economía crece, podríamos tener un aumento de recaudación en IVA, Ganancias, seguridad social, impuesto al cheque y algo más por el tributo a los combustibles, por ejemplo”, explica el economista Federico Glustein.
Impacto en reservas
Respecto a las reservas, se espera hacia adelante que pueda haber un impacto negativo por una mayor demanda de divisas. Si bien Glustein indica que, “por el momento, no veo un cambio significativo porque todavía hay brecha grande entre dólar importador y CCL”, indica que podríamos calcular una leve presión sobre reservas. “No quiero aventurar precisiones, pero una caída del 3/4% podría darse en el año”, señala.
Fuente: Ámbito