El embajador de Japón ante Argentina visitó Rosario en el marco de un desayuno de trabajo organizado por Fundación Libertad en el edificio Faro (Mitre 170)
El embajador de Japón ante Argentina, Takahiro Nakamae, visitó Rosario en el marco de un desayuno de trabajo organizado por Fundación Libertad en el edificio Faro (Mitre 170). El diplomático brindó una importante charla acerca de las relaciones comerciales y de cooperación entre ambos países, frente a empresarios y autoridades del think tank. Entre los puntos más importantes de su discurso, estuvo la ponderación del plan Kaizen, que involucra 6,5 millones de dólares en asesoramiento para pymes.
“El proyecto Kaizen está basado en la metodología de Toyota para mejorar la calidad de la industria manufacturera. Escogemos 20 empresas piloto cada año, mayormente pyme”, explicó Nakamae. Es desarrollado entre la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), el Ministerio de Desarrollo Productivo, el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).
Originalmente, la duración del plan de acompañamiento era de cinco años, aunque luego de la pandemia, la intención de la Agencia de Cooperación es extenderla a siete. En cuanto a la capacitación brindada, abarca desde detalles técnicos como el etiquetado y señalización de una fábrica, hasta la optimización de procesos de manufactura. “Nuestra intención es que el proyecto no se termine, sino que el INTI lo cotinúe con otras empresas una vez terminado el plazo”, indicó el diplomático.
Panorama difícil
Pese a ponderar las acciones cooperativas entre ambas naciones, Nakamae mencionó un éxodo de firmas japonesas desde Argentina: “Cada año, hacemos una encuesta de firmas en Argentina. En 2019 hubo 112 empresas, pero en el año pasado hubo 70. Suponemos que ahora serán menos”.
Según explicó, el mayor inconveniente para los empresarios japoneses es el ambiente de negocios, incluyendo la falta de estabilidad macroeconómica y jurídica, las restricciones de importación de insumos, y los inconvenientes para la gestión de deudas y dividendos.
“Es muy difícil incentivar la inversión en un lugar en el que no se pueden esperar dividendos. Sin embargo, hay algunas empresas que están funcionando muy bien, como las industrias de motocicletas y la producción de litio en Jujuy”, detalló.
El futuro del comercio
“Entre Japón y Argentina hay 1000 millones de dólares en comercio y no estamos satisfechos con esto”, afirmó Nakamae. Sin embargo, mecionó el complicado panorama para expandir el intercambio con el país de oriente.
“Veo que hay un límite en cuanto al equilibrio expansivo del comercio bilateral. Japón se está achicando medio millón al año. Es un gran importador de alimentos, pero su mercado no está creciendo. 60% del alimento viene del exterior, pero su mercado está muy saturado y hay mucha competencia”. describió.
En cuanto a los bienes potenciales de exportarse se destacan carne y frutas. “Lo que tenemos que trabajar es cómo Argentina puede meterse en el mercado japonés, lo cual no es muy fácil porque hay que empujar a otros. Actualmente, Brasil es el mayor exportador de carne de pollo, desafiado por Tailandia. Chile es el mayor exportador de vino (30% del mercado) y Colombia tiene el 67% mercado de flores y claveles”, apuntó.
La carne bovina es uno de los productos más importantes a posicionar en tierras niponas. “Hace cuatro años, Japón abrió su mercado a la carne bovina de Patagonia y Uruguay. Sin embargo, el monto de carne argentina exportada por Argentina es 54 toneladas al año, mientras que Uruguay exporta miles y miles. Tenemos algo que trabajar juntos”, concluyó.
Fuente: On24