En su informe Perspectivas económicas internacionales, el FMI redujo de 2% a 0,2% su estimación de crecimiento para el PBI y elevó de 60% a 88% la inflación para 2023. Considera “preocupante” los efectos colaterales del rápido endurecimiento de la política monetaria que implementan los principales Bancos Centrales del mundo
Por otra parte, y a pesar de la sequía, el Fondo sigue considerando que la Argentina tendrá un resultado favorable en la cuenta corriente del balance de pagos, calculado en 1% del PIB.
Otro indicador que se ha deteriorado es la desocupación. Las proyecciones incluidas en el WEO para la Argentina prevén una suba del desempleo de 7% de la población económicamente activa en 2022 a 7,6% en el año en curso, para luego caer en 2024 a 7,4%.
Difícil camino
“La recuperación económica mundial perdura, pero el camino se está poniendo rocoso”, afirmó Pierre-Olivier Gourinchas, consejero económico y director de Investigaciones del FMI. Sostuvo que “la inflación está cayendo lentamente, pero el crecimiento económico sigue siendo históricamente bajo y los riesgos han aumentado”.
La recuperación gradual de la economía mundial tanto de la pandemia como de la invasión rusa de Ucrania “sigue en el buen camino”, destacó el directivo. También indicó que la reapertura de la economía está permitiendo una fuerte recuperación en China.
A su vez, las interrupciones en las cadenas de suministros se están relajando, mientras que las “dislocaciones” en los mercados de energía y alimentos causados por la guerra en Ucrania, están retrocediendo.
“Simultáneamente, el endurecimiento masivo y sincronizado de la política monetaria de la mayoría de los bancos centrales debería comenzar a dar sus frutos, con la inflación moviéndose nuevamente hacia los objetivos” de los bancos centrales, según aseveró Gourinchas.
Menos crecimiento
El Fondo corrigió marginalmente a la baja (0,1%) su previsión de crecimiento mundial. El organismo ahora pronostica que “el crecimiento tocará fondo con una variación de 2,8% por ciento este año antes de aumentar modestamente al 3% el próximo año”.
La desaceleración económica de este año se concentrará en las economías avanzadas, especialmente en las la zona del euro y el Reino Unido.
Por el contrario, muchos mercados emergentes y economías en desarrollo se están recuperando, con un crecimiento de fin de año acelerándose. Se espera que estas naciones crezcan 3.9% en este año y 4,2% el próximo.
A la Argentina le importa particularmente China, uno de sus principales socios comerciales. Este país crecería 5,2% en 2023, acelerando respecto del “solo” 3% que verificó en 2022.
Otro de los países importantes por el intercambio comercial es Brasil, pero en este caso las tasas de crecimiento proyectadas son más moderadas: 0,9% para 2023 y 1,5% en 2024.
Inestabilidad Financiera
El informe señala que “la reciente inestabilidad bancaria nos recuerda que la situación sigue siendo frágil”.
En materia de inflación el WEO sostiene que combatirla resulto más dificultoso que lo pensado inicialmente.
Si bien han bajado los precios de los alimentos y la energía, la inflación núcleo (que excluye estos rubros) “aún no ha tocado techo en muchos países”.
El trabajo también estima que la inflación núcleo de fin de año a fin de año se reduzca a 5,1%, 0,6 puntos por encima de la anterior previsión (enero), y muy por encima del objetivo de los bancos centrales (la Reserva Federal de los Estados Unidos aspira a un 2%).
Riesgos
El Fondo señala como uno de los riesgos más preocupantes a “los efectos colaterales que el fuerte endurecimiento de la política monetaria de los últimos años está empezando a tener en el sector financiero”, un tema que fuera advertido por el organismo.
Considera que, tras un período prolongado de inflación moderada y tipos de interés bajos, el sector financiero se había vuelto demasiado complaciente con los desajustes de vencimientos y liquidez.
En el último año, el rápido endurecimiento de la política monetaria provocó pérdidas considerables en los activos a largo plazo y aumentos en los costos de financiación.
“La estabilidad de cualquier sistema financiero depende de su capacidad para absorber pérdidas sin recurrir al dinero de los contribuyentes”, advierte.
La inestabilidad que sufrió el mercado de bonos del Reino Unido en el otoño (boreal) pasado y la reciente turbulencia bancaria en los Estados Unidos “subrayan que existen vulnerabilidades significativas tanto entre los bancos como entre las instituciones financieras no bancarias”.
Con todo, el Fondo evalúa que, en ambos casos, las autoridades financieras y monetarias tomaron decisiones rápidas y enérgicas que, hasta ahora, han evitado una mayor inestabilidad.
Menos prestamos
El informe explora un escenario en el que los bancos, ante el aumento los costos de financiación y la necesidad de actuar con más prudencia, reducen aún más los préstamos. Esto lleva a que se estime una reducción adicional del 0,3% en la producción de este año.
Sin embargo, también considera posible que el sistema financiero se ponga aún más a prueba. Afirma que “un fuerte endurecimiento de las condiciones financieras mundiales, el llamado evento de “eliminación del riesgo” (risk off), podría tener impacto dramático en las condiciones crediticias y las finanzas públicas, especialmente en los países emergentes y en desarrollo”.
De darse esta situación, se precipitarían grandes salidas de capital, un súbito aumento en las primas de riesgo, una apreciación del dólar, flujos con destino a los activos más seguros y caídas importantes en actividad global en medio de una menor confianza, gasto e inversión de los hogares.
En un escenario a la baja tan severo, el crecimiento mundial podría reducirse 1% este año, aunque se estima que la probabilidad de tal resultado es de alrededor del 15%.
En suma, el Fondo advierte que se está en una fase delicada de la economía mundial en la que el crecimiento económico permanece mediocre (según los estándares históricos), los riesgos financieros han aumentado y la inflación aún no ha disminuido de forma decisiva.
El FMI también observa una desaceleración general en el crecimiento a mediano plazo. Las proyecciones a cinco años se redujeron constantemente desde el 4,6 % en 2011 al 3% 2023.
Entre los factores que explican esta menor perspectiva de crecimiento se señala el impacto de la pandemia, un ritmo más lento en las reformas orientadas a cambios estructurales, la creciente y cada vez más real amenaza de fragmentación geoeconómica – más tensiones comerciales-, menos inversión directa y un ritmo más lento de innovación-