El proceso de transformación digital regional es grande, y aunque todavía quede mucho recorrido por hacer en términos de achicamiento de brecha digital, de expansión en la calidad y la capilaridad de la redes, de asequibilidad de dispositivos y de alfabetización digital, la economía digital de América latina florece. Y a los datos basta remitirse: seis economías clave de esta región están experimentando un aumento de 34.000 millones de dólares en su facturación anual, como consecuencia del valor de exportación de tecnologías digitales (que fue un 0,8 por ciento del PIB total de 2021).
¿A qué economías se refiere? A la de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Uruguay. Pero no sólo eso, este valor podría cuadruplicarse hasta los 140.000 millones de dólares en 2030.
Los resultados surgieron del último reporte realizado por el Consejo Empresarial para el Entendimiento Internacional (BCIU, por sus siglas en inglés) y Google por parte de Alpha Beta y de Access Partnership, titulado “La carrera digital: Impulsando las exportaciones a través de tecnologías digitales”, en el que se advierte que las naciones deberán construir infraestructura digital, cerrar la brecha de habilidades digitales, promover la seguridad digital e implementar medidas de facilitación comercial.
Pero el 64 por ciento del impulso registrado en estas seis economías mencionadas proviene de la reducción de costos de acceso a los mercados extranjeros a través de publicidad digital y las plataformas de comercio electrónico que abaratan los costos, al tiempo que el 36 por ciento restante se justifica a partir de la creación de nuevas soluciones digitales. A esta estimación, el propio estudio la califica como “una estimación conservadora”, dado que no pondera la posibilidad de sumar eficiencia a los procesos de exportación que las propias tecnologías digitales posibilitan. Además, cabe señalar lo interesante que resulta que la expectativa está puesta en que las pequeñas y medianas empresas sean las que perciban los mayores beneficios de este proceso.
Para posibilitar este escenario, el trabajo advierte que resulta menester abordar once estrategias, signadas por dirección y coordinación de estos procesos por parte de los Estados, sumado a su rol estratégico que tienen al momento de desplegar infraestructuras, mejorar el acceso a Internet y cerrar las brechas vinculadas a las habilidades digitales.
A su vez, establece la necesidad de desarrollar programas de formación, destinados a que las empresas aprovechen las herramientas digitales; para que se implementen marcos para el almacenamiento de datos y para promover la seguridad digital, entre otros.
Pero en todo el trabajo se señala, sobre todo, el rol de los Estados y sugiere fomentar “las colaboraciones en toda la región para garantizar una mayor armonización de estándares”, por ejemplo, de comercio digital y en cuestiones como la ciberseguridad.
“En América Latina, un ejemplo de un área donde debe explorarse una mayor armonización es en el derecho a la portabilidad, que implica el derecho de los usuarios tomar sus datos de un proveedor de servicios y transferirlos en otra parte. Actualmente, solo Brasil, Panamá y Barbados otorgan a los usuarios el derecho de hacerlo, y aún así, estos tres los países tienen diferentes enfoques en la elaboración de las leyes relacionados con el movimiento de datos”, reza el trabajo que puede consultarse aquí.
A modo de cierre, cabe recordar que las iniciativas de transformación digital no se detienen y, en ellas, los operadores tienen mucho que aportar. Inclusive, es pertinente releer la columna de opinión que, publicada hace un mes en TeleSemana.com por José Otero, uno de los principales expertos de América Latina y el Caribe en temas de TIC y telecomunicaciones, se pregunta si 5G permitirá achicar las brechas.
Con todo, el desafío es grande; tanto, como la oportunidad.
Noelia Tellez Tejada (TeleSemana.com)