Cuando los dólares paralelos marcan récords, como en esta semana, y la brecha ronda el 100% con respecto a un tipo de cambio oficial que se atrasa (la tasa real multilateral, es decir, ajustada por inflación y en relación a otras monedas está en 95,80 puntos, bajando peligrosamente a los 92,26 previos a la devaluación de 2018), exportadores e importadores agudizan el ingenio para evadir el cepo, con la consiguiente pérdida de divisas y de recaudación de impuestos para el país. No por nada Alberto Fernández y la jefa de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Mercedes Marcó del Pont, han instruido al nuevo jefe de la Aduana, el massista Guillermo Michel, a enfocarse en el control de la subfacturación de exportaciones y la sobrefacturación de importaciones.