El BCRA finalmente pudo terminar de adjudicar los u$s10.000 millones que había pautado al inicio de la gestión para el BOPREAL. La suba del dólar financiero sumó atractivo al bono

En medio de la tensión cambiaria que disparó la cotización de los dólares paralelos, el Banco Central finalmente logró completar este jueves la colocación del monto total previsto para la serie 3 del BOPREAL. En esta oportunidad, adjudicó los u$s60,3 millones que quedaban remanentes tras la subasta previa para totalizar los u$s3.000 millones pautados.
De esta manera, al cabo de cinco meses, el BCRA consiguió completar la adjudicación de los u$s10.000 millones que al comienzo de la actual gestión había planteado para las tres series del bono en dólares (que se suscribe en pesos) destinado a vehiculizar la demanda de divisas de los importadores con deudas comerciales previas al 12 de diciembre y luego ampliado a las empresas con giros de utilidades y dividendos pendientes de pago.
La entidad que preside Santiago Bausili informó que, en la licitación de esta semana, se recibieron posturas de compra por u$s30,8 millones de empresas con deudas por importaciones y por u$s60,1 millones para giro de utilidades. “Como la demanda superó el cupo máximo residual de emisión, el mecanismo de adjudicación fue a prorrata de los montos demandados”, señaló en un comunicado.
La colocación de la serie 3 fue la que más costó. A diferencia de las dos primeras, que se agotaron en alrededor de un mes, la tercera llevó casi tres meses. En ello se combinaron dos factores: por un lado, las características de la serie 3 la hacían menos atractiva que las anteriores para los importadores (poseía plazos de amortización más largos que la segunda y no contaba con los beneficios fiscales de la primera) y, por otro, la reducción de la brecha cambiaria registrada entre febrero y abril porque suscribir el BOPREAL para pagarle a los proveedores implicaba hacerlo a un tipo de cambio implícito mucho más alto que el vigente en ese lapso en el dólar contado con liquidación (CCL).
Pero la tendencia cambió este mes, cuando el BCRA habilitó a las empresas con dividendos y utilidades impagos a suscribir el bono. Hace dos semanas esas compañías suscribieron u$s1.709 millones del BOPREAL serie 3 en un momento en que entrar a esa licitación implicaba acceder a un tipo de cambio implícito de $1.347, es decir, 24% por encima de lo que cotizaba el CCL en ese momento, según cálculos de Portfolio Personal Inversiones (PPI). Esa convalidación muchos la tomaron como un anticipo de la escalada del dólar.En los últimos días la suba de los tipos de cambio paralelos le sumó algo de atractivo al bono. De acuerdo con estimaciones de Invertir en Bolsa, para esta licitación la brecha entre el dólar implícito en el BOPREAL 3 y el CCL bajó al 5% ($1.318 contra $1.255, respectivamente).

El rol del BOPREAL

Con esta subasta, el BCRA colocó el monto máximo de las tres Series por un total de u$s10.000 millones: la Serie 1 había completado el cupo de u$s5.000 millones y la Serie 2 el de u$s2.000 millones, a lo que se sumaron los u$s3.000 millones de la Serie 3. “De esta forma se viene logrando reducir significativamente las deudas pendientes con el exterior por medio de un instrumento novedoso que permite, a su vez, absorber una cantidad importante de pesos en circulación, contribuyendo a la reducción de la generación endógena de dinero”, afirmó el Central en un comunicado.

El BOPREAL fue planteado por el equipo económico, casi desde el comienzo de la gestión, como una pieza importante de su estrategia de transición hacia el levantamiento del cepo cambiario y un nuevo régimen monetario de competencia de monedas. Se trata del bono diseñado, inicialmente, para importadores con deudas comerciales previas al 12 de diciembre, que se suscribe con pesos pero está nominado en dólares. Desde este mes también pueden acceder las empresas cuyas utilidades y dividendos no pudieron ser cancelados en los últimos años por el control de cambios.

La herramienta apuntó a varios frentes a la vez: fue pensada para descomprimir la situación de los pasivos por importaciones (que igualmente siguen creciendo por el sistema de pago escalonado implementado por la actual gestión), para aspirar pesos y para dolarizar una porción de la deuda remunerada del BCRA.

Con la posibilidad de que accedan también las empresas para canalizar el pago de dividendos y beneficios, el equipo económico buscó ir descomprimiendo otra vía de demanda de divisas contenida para cuando se decida abrir el cepo.

De hecho, fue el problema de los dividendos fue mencionado por Javier Milei como uno de los tres escollos a resolver antes de levantar las restricciones cambiarias, junto a los pasivos remunerados y los puts del BCRA. Con todo, este martes en el congreso del IAEF, tanto Milei como Luis Caputo dijeron que aún no hay fecha definida para la apertura del cepo. El ministro de Economía agregó que todavía se está lejos de tener el nivel de reservas suficientes para hacerlo y volvió a depositar sus expectativas en la negociación con el FMI por nuevos desembolsos.

Fuente: Ámbito

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