El país llegó a 831 mil barriles diarios en agosto, un récord desde principios del siglo XXI, impulsado por Vaca Muerta y avances tecnológicos.
Un hito que marca un cambio en la industria local. En agosto, Argentina produjo 831 mil barriles diarios de petróleo, la cifra más alta en más de veinte años. Este récord posiciona al país como uno de los actores más relevantes en la región de América del Sur y Central, con una participación del 15% en la oferta regional.
Según el último informe de Economía & Energía (E&E), desde 2019, la producción nacional creció a un ritmo promedio del 11% anual, impulsada principalmente por el desarrollo de Vaca Muerta y las mejoras en exploración, tecnología e infraestructura. Esto coloca a Argentina en un grupo selecto de países de la región que mantienen una expansión sostenida en su producción, junto a Brasil y Guyana.
A nivel mundial, la región representa apenas el 8% de la producción global y el 8,5% de las exportaciones, pero su crecimiento constante la vuelve cada vez más estratégica en el escenario internacional.
A diferencia del crecimiento regional, el escenario internacional en 2024 muestra un aumento moderado en la producción. Estados Unidos aumentó su producción en más de 700 mil barriles diarios, alcanzando récords históricos, mientras que América del Sur y Central aportaron unos 440 mil barriles adicionales, consolidando su participación en el mercado mundial.
La producción mundial de crudo alcanzó los 97 millones de barriles diarios, creciendo un 0,6% respecto a 2023. Aunque América del Sur y Central explican solo el 8% de esa producción, su crecimiento sostenido les otorga mayor peso estratégico.
En cuanto a las exportaciones, el Medio Oriente continúa liderando con el 42% del total, seguido por América del Norte con el 21%. La demanda global también mostró signos de dinamismo, alcanzando los 101 millones de barriles diarios, un aumento del 0,7%, impulsada principalmente por Asia Pacífico, Medio Oriente, Europa y África.
Inestabilidad y pronósticos para 2026
Durante los primeros meses de 2025, el mercado internacional se mostró muy volátil. Factores geopolíticos, como el conflicto entre Israel e Irán, sumados a la mayor producción de la OPEP+ (+4,3% en agosto) y cambios en la política energética estadounidense, impactaron en los precios del petróleo.
Las proyecciones para 2026 varían. La Administración de Información Energética de EE.UU. (EIA) estima que el Brent promediará USD 51 el barril, por debajo de los USD 58 previos. Goldman Sachs habla de un rango entre USD 52 y USD 56. En tanto, los contratos futuros anticipan una caída más moderada, con promedios en torno a USD 66 para el Brent y USD 62 para el WTI en 2026.
El escenario apunta a una tendencia de caída sostenida en los precios, que alarma a la industria ante la posibilidad de menores ingresos y desafíos en la rentabilidad en los próximos meses.
Fuente: Revista Petroquímica