La finalización de la baja de retenciones al agro, la suba de importaciones y el contexto electoral podrían meter presión sobre la divisa. Sin embargo, especialistas descartan una “crisis cambiaria”
¿Dólar barato?: qué factores pueden presionar al tipo de cambio desde julio
Así las cosas, el interrogante pasa a ser dónde se encontrarán los flujos a partir de julio, cuando se combinen varias situaciones desfavorables a la estabilidad cambiaria.
En ese sentido, LAMBDA señala el declive de la oferta del agro por la expiración de la baja transitoria de retenciones para los productos de soja y maíz. Pero también, la consultora LCG marca que “el dólar barato” está apurando contactos con proveedores del exterior para traer productos, lo que puede acelerar vigorosamente el ritmo de las importaciones en los próximos meses.
Por eso, LCG advierte: “Si a partir de julio se empiezan a ver saldos negativos, es posible que el mercado de cambios tome nota y busque valores más altos en el tipo de cambio”.
Aunque mayo y junio sean los mejores meses en términos estacionales, es esperable para el mercado que el saldo de bienes se mantenga más o menos a raya el mes que viene.
Según estima LCG, incluso podría seguir siendo positivo si se termina confirmando la buena dinámica de exportaciones: las liquidaciones diarias en el MULC están mostrando un mayor nivel que el mes pasado (en las primeras 11 jornadas, el agro liquidó u$s2.200 millones, vs u$s1.500 millones en mayo, aunque el beneficio impositivo se eliminará este mes). Además, la puesta en marcha del gasoducto Néstor Kirchner favorece a la reducción las compras de combustibles.
Más adentrado en el tiempo, la consultora estima que el fin de la estacionalidad puede generar un empeoramiento del saldo de bienes, que resulte en meses con saldo negativo. El superávit promedio mensual hasta el momento ha sido pequeño -u$s300 millones- y es fácilmente reversible.
Martín Polo, jefe de estrategia de Cohen Aliados Financieros, agrega que el saldo comercial tenderá a caer en el tiempo debido a una baja de las exportaciones, pero también por mayor demanda de importaciones y la aproximación del contexto electoral, que genera aumento de la demanda y un mercado “que se puede ir secando”.
Asimismo, espera que el tipo de cambio se mueva pero “solo un poquito, nada grave”, atento a que la “pax cambiaria” se sostenga por lo menos hasta las elecciones.
Por Nazarena Lomagno (Ámbito)