Fuentes allegadas a las negociaciones con el FMI aseguraron a El Cronista que la decisión de cerrar el entendimiento con el organismo la tiene el propio Javier Milei y que a nivel del staff del organismo, ya está todo prácticamente acordado. No hay acuerdo en dos etapas, y hay fondos frescos para la Argentina en los primeros doce meses de celebrado, los que luego hay que cancelar durante la vigencia del “Extended Fund Facility”, el mecanismo o programa a firmarse.
El mercado cambiario entró en modo pausa a la espera de datos concretos sobre las negociaciones. El viernes igualmente el BCRA a cargo de Santiago Bausili se hizo de u$s 140 millones. Las operaciones de dólar a futuro tuvieron ligeros incrementos en todos los contratos pero sin cambios bruscos en las expectativas. Sí impactó fuerte la caída de las acciones en Nueva York tras el reporte de empleo que hizo concluir a analistas que la baja de tasas de la Reserva Federal en el 2025 será menor a la prevista.
Esta semana estará marcada por los datos de inflación. El miércoles será el turno de los Estados Unidos mientras que el jueves el INDEC mostrará el balance de enero, que debería estar en torno al 2%. Para el mes en curso, Luis Caputo ya anticipó que podría ser menor al 2% fruto de la reducción del crawling peg del 2% al 1%.
Pero en el mercado todo gira en función del dólar. El propio Javier Milei salió a desactivar la corriente que sostiene la existencia de un atraso cambiario. El propio Luis Caputo ya lo había hecho en las jornadas previas, pero apuntando al acuerdo con el FMI y posibles saltos cambiarios y levantamiento del cepo al momento de la firma del nuevo programa.
Todo apunta a que en marzo las dos partes darán a conocer el entendimiento. Es el propio Javier Milei el que está manejando los tiempos. Trascendieron algunos detalles: 1) el organismo aportará fondos frescos al país pero que deberán ser cancelados a lo largo de la vigencia del programa, de tres años como mínimo. La discusión pasa por ese cronograma de desembolsos y pagos, 2) el levantamiento de las restricciones será gradual y apuntando, en el caso de los dividendos, a distinguir entre flujos y stock; 3) el programa debe contar con aprobación del Congreso, pero no necesariamente antes de la entrada en vigencia; podría argumentarse que como el acuerdo no implica un mayor endeudamiento no es necesaria la aprobación legislativa.
Tal como viene sosteniendo El Cronista, el gobierno también quiere detonar el surgimiento de expectativas acerca de una devaluación tras las elecciones, un clásico argentino en todo comicio, presidencial o legislativo. La baja de las retenciones hasta el 30 de junio actúa de contrapeso contra esas expectativas. Si por un lado se genera esa fobia cambiaria electoral, está del otro lado del mostrador el incentivo de aprovechar la reducción de las retenciones con fecha límite de manera de que quienes apuesten a ese escenario, se pierdan el premio de la rebaja del gravamen a las exportaciones. No fue la intención original de la medida, pero sirve en ese sentido.
La postergación de esa fecha límite, del 30 de junio al 30 de septiembre, con el correr de las semanas será un tema de discusión. Dependerá de varios factores. Hoy no está en la mira. Al fin y al cabo, hay que pasar el verano, el otoño y el invierno.
Guillermo Laborda (El Cronista)