El mercado duda de la proyección cambiaria que hizo el Gobierno para 2025. Los $ 1207 con los que cerraría el próximo año el tipo de cambio oficial no parecen sostenibles desde la mirada de los analistas, que además advierten que, de cumplirse, podría implicar riesgos en materia de actividad económica y exportaciones.

El escepticismo del mercado se refleja también en las operaciones de dólar futuro. A pesar de las bajas de hasta 1,2% que se registraron este lunes, los contratos a marzo del próximo año se negocian a $ 1209, por encima de los $ 1207 a los que arribaría en diciembre de 2025, según el Presupuesto. Para los de agosto, asciende a $ 1385.

La proyección del presiente Javier Milei y el ministro Luis Caputo implica una devaluación del 18,3% en 2025 de punta a punta, la misma variación prevista para la inflación. El ritmo devaluatorio caería a un promedio mensual del 1,4%, aún por debajo del 2% actual, por lo que no contempla compensar el “atraso” que advierte parte del mercado.

Dudas y riesgos del dólar que proyecta Milei

De acuerdo con el economista Gabriel Caamaño, con ese ritmo devaluatorio, la proyección oficial sólo es aplicable sosteniendo el cepo cambiario o con una salida de los controles pero con flotación “muy sucia”. Es decir, muchas intervenciones. Pero, para eso, se necesitarían muchas reservas y es precisamente lo que no hay.

“No sé si es sostenible. Uno está tentando a pensar que no, pero el tema es cuáles son los costos o riesgos de sostenerlo. Los riesgos son shocks externos por caída de los precios de los commodities. Los costos son sobre la actividad, principalmente en exportables. Con ese tipo de cambio, si los precios afuera no acompañan, el agro la puede pasar muy mal”, advierte.

El analista Christian Buteler pone en duda que se pueda sostener esa proyección, teniendo en cuenta que, actualmente, el tipo de cambio oficial en términos reales está por debajo del de hace un año atrás, cuando gran parte del mercado afirmaba que estaba atrasado. Es decir, de aplicarse, implicaría más “atraso cambiario”.

Salvador Vitelli, de Romano Group, considera que la proyección es un tanto “optimista”. Ve inconsistencia en que el tipo de cambio avance 18,3%, mientras las exportaciones crezcan apenas 9%. El contexto hace suponer, señala, que el Gobierno podría estar esperando mayores exportaciones por Vaca Muerta o mejores precios internacionales.

“Veo difícil esa proyección de tipo de cambio para el próximo año, considerando el mayor aumento de las importaciones y el leve incremento de las exportaciones. A priori, no luce sostenible. Con un aumento muy significativo de las exportaciones, esa cotización podría andar. Creo que algo de toda la ecuación corregirá”, afirma Vitelli.

Martín Kalos, director de Epyca, afirma que el avance inflacionario y cambiario proyectado contiene una desaceleración demasiado contundente de un año a otro, que implicaría que todo le salga bien al Gobierno, pero “no se vislumbra exactamente qué políticas serían las que hagan bajar tanto las tasas nominales”.

“Igualmente, hay que entenderlo en el marco del principio de prudencia que rige en el proceso presupuestario. El Gobierno no debería poner lo que realmente piensa que será la inflación, sino un poco menos, para no correr el riesgo de sobreestimar los recursos tributarios. Eso podría explicar que esta pauta no sea la inflación que espera el Gobierno”, destaca Kalos.

Enrique Pizarro (El Cronista)

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