El tipo de cambio real bilateral (TCRB) entre Argentina y Brasil ha caído a su nivel más bajo desde noviembre de 2015, cuando el gobierno de Mauricio Macri liberó el cepo cambiario. Este descenso se debe a la alta inflación en Argentina y la reciente devaluación del real brasileño, resultando en una apreciación del peso argentino frente al real. Esta situación compromete la competitividad de los productos argentinos frente a los brasileños, afectando la economía nacional.
El tipo de cambio real multilateral (TCRM), que incluye a los principales socios comerciales de Argentina, se encuentra en niveles similares a los de diciembre de 2017, un período marcado por la apreciación del peso que culminó en corridas cambiarias, alta inflación, y el cepo actual. Según datos del Banco Central de la República Argentina (BCRA), el TCRB con Brasil promedió 83,5 en los primeros 12 días de julio. Desde la devaluación en diciembre del año pasado, el TCRB alcanzó un pico de 135,6, pero ha disminuido debido a la inflación y la política de crawling peg, un ajuste gradual del tipo de cambio del 2% mensual para el dólar mayorista.
Brasil es uno de los principales socios comerciales de Argentina, representando el 16% de las exportaciones y casi el 23% de las importaciones. Sin embargo, el comercio exterior argentino es menos significativo para Brasil que en el pasado.
Martín Kalos, director de la consultora EPyCA, explicó que “los países están atravesando procesos inversos respecto del valor de sus monedas. Mientras Brasil devaluó el real a los niveles más bajos en 20 años, el peso argentino acumula una apreciación rápida y muy significativa de alrededor del 75%”. Kalos señaló que Brasil resulta más barato para productos en competencia, como la soja, donde Brasil está vendiendo rápidamente sus stocks, a diferencia de Argentina que los acumula.
Sebastián Menescaldi, director de la consultora financiera EcoGo, indicó que el tipo de cambio en Argentina “no es el de equilibrio” y que la apreciación del peso no se debe a un fortalecimiento económico, ya que no hay indicios de crecimiento. Menescaldi destacó que el BCRA actualmente puede comprar dólares debido a la actividad económica estancada, lo que podría convertirse en un problema para el comercio exterior, especialmente con Brasil, si la actividad económica se recupera y aumenta la importación de productos brasileños.
Federico Vaccarezza, magíster en relaciones comerciales internacionales, estimó que la brecha comercial con Brasil se reducirá debido a la caída del uso de la capacidad industrial en Argentina. Vaccarezza predijo que los datos de junio mostrarán un equilibrio o un leve superávit argentino en el primer semestre, aunque atribuyó este equilibrio a una caída abrupta de la actividad industrial y el consumo en Argentina, indicando que no hay mucho que celebrar en este contexto. (Agencia OPI Santa Cruz)