De todos modos, sigue el proceso de desmonetización de la economía. Los agregados monetarios continúan cayendo en términos reales a niveles mínimos históricos

En marzo pasado, el Banco Central (BCRA) convalidó una expansión de la Base Monetaria de más de $1,92 billones. De ese total, $622.000 millones correspondieron a un aumento de las tenencias de billetes y monedas del público, más $218.000 millones de parte de los bancos, y el resto a un incremento de los encajes bancarios por más de $1 billón. De esta manera la Base escaló a casi $12,5 billones.
Así y todo, continúa el proceso de desmonetización de la economía con la sostenida caída de los agregados monetarios en términos reales a mínimos históricos (tanto M2 y como M3 están en mínimos de los últimos 20 años en torno aproximadamente al 6% y 9% del PBI).
Del análisis de los datos de marzo queda claro que la Base continúa cayendo en términos reales como resultado de la absorción de pesos que hace el Tesoro vía la recompra de títulos en poder del BCRA, más la compra de divisas por aproximadamente $800.000 millones para afrontar los vencimientos de julio de los Bonares y Globales. A esto se suma la política de esterilización de los excedentes monetarios del BCRA que aspira prácticamente la totalidad de los pesos inyectados por el pago de intereses de los Pases pasivos.A la hora de discernir cuáles son los principales factores de expansión de la Base se destaca la monetización del superávit comercial, a pesar que todavía no empezó la temporada alta de las liquidaciones de la cosecha (además el 20% de lo liquidado se desvía al mercado del dólar CCL), que en gran parte se explica por la insoslayable caída de las importaciones vinculada con la recesión y con el cronograma de pago de importaciones.

El otro factor fue la cuenta Otros debido a que la menor demanda de los bonos para los importadores ( Bopreal) fue insuficiente para evitar una la inyección neta de pesos por este canal asociado con las operaciones de mercado abierto del BCRA.

Así por un lado la compra neta de divisas al sector privado inyectó casi $2,5 billones, las ventas netas al Tesoro absorbieron más de $401.000 millones. Por otro lado, el Tesoro aumentó sus depósitos en el BCRA en casi $259.000 millones.

El sector financiero fue expansivo vía el pago de intereses por casi $1,98 billones y contractivo vía la colocación de Pases en $2,75 billones (en marzo se cancelaron las últimas Leliqs por $3.000 millones).

Stock de pasivos monetarios remunerados, por debajo del 8% del PBI

En cuanto al stock de pasivos monetarios remunerados, en términos del PBI, cayó por debajo del 8% debido al fuerte proceso de licuación ante la caída de la tasa de interés real. Lo que, obviamente, también se reflejó en la licuación de los depósitos en pesos del sector privado y en la retracción del agregado M3. Vale señalar que la licuación fue tal que compensó la colocación de los títulos en dólares Bopreal y las operaciones del BCRA con títulos del Tesoro.

¿Qué puede esperarse de ahora en más?

Los analistas de LCG señalan que bajo un contexto de cepo cambiario, se torna evidente la estrategia de licuación de ahorros en pesos con tasas bajas y conocido el dato de inflación de marzo, que el ministro Caputo anticipó en 10% mensual, se espera una nueva reducción.

“Se verá en el futuro si esta estrategia es la vía para levantar el cepo después de haber licuado el stock de activos en pesos con el fin de reducir la cantidad de pesos potenciales para comprar dólares y dar más espalda al BCRA para subir las tasas en el futuro. O bien, dolarizar la economía mejorando la relación de canje por la suba esperada de reservas y la baja de stock en pesos”, sostienen desde LCG quienes siguen inclinados por la primera opción aunque creen que impulsar el desprecio por el peso con la baja de tasas tendrá resultados negativos a más largo plazo.

Por Jorge Herrera (Ámbito)

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