De todos modos, sigue el proceso de desmonetización de la economía. Los agregados monetarios continúan cayendo en términos reales a niveles mínimos históricos
El otro factor fue la cuenta Otros debido a que la menor demanda de los bonos para los importadores ( Bopreal) fue insuficiente para evitar una la inyección neta de pesos por este canal asociado con las operaciones de mercado abierto del BCRA.
Así por un lado la compra neta de divisas al sector privado inyectó casi $2,5 billones, las ventas netas al Tesoro absorbieron más de $401.000 millones. Por otro lado, el Tesoro aumentó sus depósitos en el BCRA en casi $259.000 millones.
El sector financiero fue expansivo vía el pago de intereses por casi $1,98 billones y contractivo vía la colocación de Pases en $2,75 billones (en marzo se cancelaron las últimas Leliqs por $3.000 millones).
Stock de pasivos monetarios remunerados, por debajo del 8% del PBI
En cuanto al stock de pasivos monetarios remunerados, en términos del PBI, cayó por debajo del 8% debido al fuerte proceso de licuación ante la caída de la tasa de interés real. Lo que, obviamente, también se reflejó en la licuación de los depósitos en pesos del sector privado y en la retracción del agregado M3. Vale señalar que la licuación fue tal que compensó la colocación de los títulos en dólares Bopreal y las operaciones del BCRA con títulos del Tesoro.
¿Qué puede esperarse de ahora en más?
Los analistas de LCG señalan que bajo un contexto de cepo cambiario, se torna evidente la estrategia de licuación de ahorros en pesos con tasas bajas y conocido el dato de inflación de marzo, que el ministro Caputo anticipó en 10% mensual, se espera una nueva reducción.
“Se verá en el futuro si esta estrategia es la vía para levantar el cepo después de haber licuado el stock de activos en pesos con el fin de reducir la cantidad de pesos potenciales para comprar dólares y dar más espalda al BCRA para subir las tasas en el futuro. O bien, dolarizar la economía mejorando la relación de canje por la suba esperada de reservas y la baja de stock en pesos”, sostienen desde LCG quienes siguen inclinados por la primera opción aunque creen que impulsar el desprecio por el peso con la baja de tasas tendrá resultados negativos a más largo plazo.