Los importadores tienen temas por resolver por todos lados, pero lo más importante es conceptual: que el nuevo Gobierno entienda el factor multiplicador que tiene la importación en la actividad económica, el empleo y, sobre todo, en la exportación. Y ese valor se manifiesta en el hecho de que 8 de cada 10 dólares de importación tienen como destino la producción.
“Nos ponemos a disposición del nuevo Gobierno para trabajar juntos por un comercio justo, libre y competitivo”, dijo Fernando Furci, gerente de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), en una entrevista con Iprofesional.
¿Por dónde se debería empezar a desarmar el esquema de administración del comercio?
El diagnóstico es claro. Las restricciones al comercio generaron una imprevisión total en materia de tiempos y en costos que tuvo que enfrentar la carga. Esto se trasladó a precios y, encima, (la administración del comercio) no contribuyó en absoluto al desarrollo del comercio exterior.
¿Qué es lo más urgente dentro del entramado de restricciones?
Lo importante es empezar a trabajar en ideas y propuestas que sean viables para todos y así poder salir de las restricciones. Todo es importante a esta altura, pero lo más urgente es definir cuanto antes el futuro del stock de deuda comercial por importaciones porque es clave para dar un horizonte de previsibilidad al empresario, que está endeudado y necesita tomar decisiones al respecto. Al stock de deuda habitual que la Argentina maneja (del orden de los US$ 20.000 millones) las demoras en los pagos y los reperfilamientos agregaron unos US$ 25.000 millones adicionales.
Además, el empresario tiene que trabajar en recomponer su relación con el exterior. Hoy no es creíble.
Somos conscientes de que estamos ante meses difíciles de reacomodamiento de la macro, y ya vimos las primeras señales al respecto.
¿Qué otras señales esperan?
Informaciones que brinden certidumbre y previsibilidad. Por ejemplo, un cambio en las restricciones cambiarias que están hechas de una maraña de normativas imposibles de interpretar. Lo mismo en materia de restricciones, donde hay normas contrapuestas que merecen un estudio minucioso para un reordenamiento. Ver el futuro de las SIRA, si siguen como control de comercio o como función estadística y se vuelve más a un esquema de licencias… En definitiva, señales que indiquen que avanzamos hacia una simplificación del comercio y hacia costos competitivos, porque hay también costos logísticos, portuarios y otros ocultos y todos hacen a la competitividad.
¿Es posible desarmar el esquema compuesto por las SIRA, el CEF y los distintos cupos e intervenciones que existen hoy para operar?
Creemos que hay ajustes administrativos que pueden ser contundentes. Cualquier señal dada en el sentido de transformar el sistema de administración del comercio es un paso importante y generaría mucho cambio de expectativas. Los temas son muchos y no se agotan en cuestiones de las SIRA solamente sino que abarcan todo el marco regulatorio del comercio exterior. El camino por recorrer es el de la facilitación del comercio exterior, la digitalización de los trámites y la desburocratización, porque todo trae beneficio en materia de tiempos y costos y redunda en una mayor competitividad, no de las importaciones, si no de la economía en general.
Pero, en definitiva, sin dólares no se puede importar…
Si, pero la administración de la crisis que tuvimos hasta ahora no dejó buenos resultados. El comercio exterior es uno de los tantos verticales de la economía, y entendemos que primero se van a tener que estabilizar las variables macroeconómicas y fiscales. Eso es algo que nos entusiasma.
Por Emiliano Galli (Trade News)