Argentina, Bolivia y Chile son responsables del 58% de los recursos del mundo, una concentración mucho mayor que la de otros metales básicos. Con la conversión a vehículos eléctricos o de hidrógeno bajo mayor escrutinio que nunca, el litio está dejando su huella como una materia prima estratégica de vital importancia. La primera mina de litio se abrirá en Francia en 2027. Al igual que el cobre y otros minerales, la producción y la demanda de metal blanco depende en gran medida de las tendencias macroeconómicas y las oportunidades de crecimiento global. Sin embargo, aunque la mayoría de los precios de los metales han bajado desde principios del verano, el precio del litio se mantiene y sigue siendo alto. Esta tendencia es especialmente destacable dado que los sectores clientes, en particular la industria del automóvil, tienen perspectivas a corto plazo muy variada
El litio es un componente vital para descarbonizar la economía: las baterías que se utilizan en los vehículos eléctricos están hechas principalmente de metal blanco. Este recurso, de difícil reposición, volvió a cobrar protagonismo a principios de la década de 2000 debido a los desafíos que implica el almacenamiento de energía. Actualmente, la oferta es demasiado limitada para satisfacer la demanda y se encuentra bajo presión debido a la falta de inversión. Las economías occidentales han prestado poca atención a sus suministros mineros durante muchos años. Además, el hecho de que el sector de la movilidad baja en carbono esté respaldado por los gobiernos parece proteger al litio de los altibajos del crecimiento global. Por último, la demanda mundial debería seguir aumentando en el mediano y largo plazo con la transición a bajas emisiones de carbono.
La Asociación de Fabricantes Europeos de Baterías Automotrices e Indust riales predice que el mercado europeo de baterías tendrá un valor de 35 mil millones de euros en 2030, y el ion de litio representará alrededor de la mitad de esta cifra. Europa aspira a ser autosuficiente en la producción de baterías para 2030, pero no podrá depender exclusivamente de proyectos mineros nacionales. Australia parece ser su carta de triunfo a medio plazo.
Fuente: Comex