Después de una década, nuestro país volvió nuevamente a superar los US$ 77 mil millones de exportaciones de bienes con un resultado neto de balanza comercial (Bienes + Servicios) de US$ 10.8 mil millones

Por Federico Vaccarezza (*)
Esta dinámica se vio favorecida en primera instancia, por la recuperación económica global de la post pandemia y posteriormente, por la inestabilidad geopolítica de la guerra en Ucrania, las cuales presionaron sobre los precios internacionales de las materias primas, alimentos y energía que se expandieron 50 por ciento interanual.

Si bien, esta situación puede ser considerada por algunos analistas como un viento de cola para la economía argentina, al mismo tiempo, ha servido para silenciar la compleja situación estructural que atraviesa la competitividad de la inmensa mayoría de las empresas exportadoras, principalmente las industriales.

Según cálculos efectuados en base a los datos difundidos por el INDEC, la participación de las manufacturas industriales en las exportaciones argentinas se redujo del 37 al 25 % durante la última década, y aunque no hay estadísticas oficiales actualizadas, respecto del número de empresas exportadoras argentinas en 2021, según datos de la CEPAL estas se redujeron sistemáticamente desde las 14.251 en 2008 a 9.000 en 2019.

La dinámica de reducción de empresas exportadoras en argentina va a contramano de lo que pasa en la región latinoamericana. Mientras que en la región la cantidad de empresas exportadoras creció 5,2 por ciento en Argentina el número se redujo 35,5 por ciento, lo que nos lleva a indagar ¿Cuáles son las efectivas causas de tan drástica reducción?

La ausencia de políticas e instrumentos

La disminución de la cantidad de empresas exportadoras y la primarización están estrechamente vinculadas con la falta de competitividad sistémica de la economía argentina.

Según datos del BCRA el financiamiento local de las exportaciones (pre financiación, financiación y post financiación) tanto público como privado, se redujo desde los US$ 10.348 millones en 2017 hasta los US$ 2.879 millones en 2021. Aun, si tomamos los US$ 5.841 millones de 2015, el valor actual seguiría siendo considerado abultado comparado con el valor actual.

Al mismo tiempo, si el valor del financiamiento local de las exportaciones lo consideramos en relación al valor total de las exportaciones anuales de bienes el resultado es, aún más preocupante, dado que, el año 2021 muestra la ratio más baja de la última década con tan solo el 3,7 % del valor total exportado. En un mundo, en el que las economías tanto desarrolladas como en vías de desarrollo, compiten furiosamente por conquistar mayores porciones de mercado internacional de bienes y manufacturas, el financiamiento local de las exportaciones es una herramienta básica en la estrategia de desarrollo.

Otro de los puntos críticos a considerar es la ausencia de acuerdos comerciales preferenciales que faciliten la inserción competitiva de los productos industriales argentinos. Hay una creencia errada en la mirada proteccionista de la dirigencia argentina la cual asume que, los acuerdos comerciales, pueden afectar negativamente a la industria local y tener efectos primarizadores sobre las exportaciones, sin considerar toda la evidencia empírica que muestra, como las exportaciones argentinas se vienen primarizando, no por los acuerdos preferenciales sino, como consecuencia de la ausencia de estos.

Los únicos mercados en los que los productos argentinos pueden ingresar sin pagar derechos de importación son el MERCOSUR; Chile; Bolivia; Israel; Egipto y acuerdos preferenciales de algunas posiciones arancelarias para los mercados de América Latina, India y los mercados de las naciones centroafricanas. En pocas palabras, la inexistencia de acuerdos comerciales preferenciales previos y la esclerosis diplomática argentina en las negociaciones internacionales han convertido a la industria local, en un paria comercial internacional.

La estructura cambiaria es otro de los puntos clave. No hay ninguna economía en la que los exportadores no tengan la posibilidad de atesorar o adquirir al menos una parte de las divisas que genera como consecuencia de las exportaciones.

En términos comparados a nivel internacional, la inmensa mayoría de las empresas argentinas carece de acceso a una estructura de mecanismos efectivos de estímulo y apoyo a la inserción internacional de las manufacturas argentinas, principalmente las industriales.

Esta situación, es un problema de larga data y no únicamente del gobierno actual ya que, las clases dirigentes argentinas, han adolecido durante las últimas décadas de una mirada estratégica, respecto del rol fundamental que desempeña el comercio internacional en el desarrollo. Un modelo de desarrollo argentino con eje en el fortalecimiento de la capacidad manufacturera y exportadoras tiene todavía, una agenda pendiente.

(*) Magister en Relaciones Comerciales Internacionales (UNTREF), profesor de Comercio Internacional en la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral y consultor.

Fuente: Revista Mercado

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